“Nací pobre, he sido siempre pobre, continuaré siendo pobre y pobre moriré. A estas alturas, no espero que cambie mi suerte”. Estas eran algunas de las delicias que regalaba el escritor Francisco Candel Tortajada, figura célebre en la comarca. Nacido en un pequeño pueblo de montaña en Rincón de Ademuz, Valencia, emigró junto a sus padres con solo dos años para acabar en otra pequeña colina: Montjuïc, en donde empezaron a aglomerarse las distintas barracas para acoger, en aquellos años de flujos migratorios, a “Els altres catalans” (1964). Él era uno y con esta obra saltó a la fama como literato. Este año se cumplen cinco décadas de la publicación de la mítica obra de Candel, con una biografía esencial para entender lo que ocurría entonces en este país. Fue un ejemplo de cohesión y vertebración en un momento de posible choque –década de los 60- entre los catalanes y los ‘nouvinguts’ de más allá de La Franja. Era el miedo de la burguesía catalana que veía como la llegada de inmigrantes del resto de España a Barcelona podía derivar en una fractura social. Sin embargo, Candel supo reflejar en “Els altres catalans” que lo que ocurría era todo lo contrario. Disipó dichos temores, ensalzando esta nueva sociedad que se integraba con armonía al pueblo catalán y esto le encumbró como figura cultural para el resto de los días. Para muchos, Candel cambió la historia del país.
“Ni de unos, ni de otros”
Para perfilar su figura, este mes han arrancado los diferentes actos del 50º aniversario de “Els altres catalans” con una conmemoración muy emotiva en el Saló de Sant Jordi del Palau de la Generalitat. Instituciones, sociedad civil, cultural y política formaron una nutrida representación el pasado 18 de febrero que resaltó este esfuerzo por convertir a todos los ciudadanos de Cataluña en un único pueblo. En este sentido se expresó Jaume Sobrequés, director del Centre d’Història Contemporània, quien reafirmaba la figura de Candel como decisiva para evitar la Cataluña “ni de unos, ni de los otros”.
Rafael Hinojosa, exdiputado en el Parlament y amigo de Candel en su infancia, definió a Candel, por su parte, como “un historiador del mundo obrero de la época”. Es esta vertiente más social, más allá de su actividad política, lo que realmente define a la figura de Paco Candel. “Lo que marcó su vida fue explicar los confines y anhelos de una emigración que maldecía por tener las mismas posibilidades que cualquier otra persona”, escribió el historiador Josep Maria Solé. Candel es famoso en la comarca por sus constantes colaboraciones en coloquios, exposiciones, discursos a favor de la integración de todos aquellos que como él llegaban a Cataluña. No sabía decir que ‘no’
y era fácil verle en algún acto en L’Hospitalet. En esta ciudad, precisamente, sería concejal por el PSUC y hasta teniente de alcalde de Cultura, pero siempre lo hizo como independiente, sin estar afiliado al partido. En 1977, Candel fue senador por Entesa dels Catalans. Pese a ello, más que ser un fanático de la política, no es descabellado decir que Candel era como una dama en un tablero de ajedrez: una apuesta segura, gracias a su popularidad, para captar los votos de esta sociedad ‘nouvinguda’.
Manipulación de su figura
Siempre dijo que “no era un escritor en catalán, pero que se sentía muy catalán. No es un catalán de nacimiento, si no de sentimiento”. Hubiese sido curioso saber si le hubiera gustado asistir a un acto como el que le organizó la Generalitat en su honor, en este momento de crispación soberanista. Su viuda y también secretaria de la fundación Paco Candel, Joana Garcés, preguntada por los periodistas que asistieron al homenaje, dijo que hubiera contestado: “iros a hacer puñetas”. El periodista y escritor catalán Joan de Sagarra, hijo de Josep Maria de Sagarra, lo tenía claro hace unos días cuando escribió en La Vanguardia: “Me resisto a creer que alguno de estos políticos no sientan una cierta vergüenza ante esta burda y torpe manipulación de la figura de Paco Candel”.
Sea lo que fuere, este homenaje abre el telón a todo un año de actos y coloquios en su memoria gracias a la Fundación Paco Candel. Presidida por Pere Baltà –antiguo diputado en el Congreso por CiU y exteniente de alcalde en el Ayuntamiento de El Prat- y con vocales de prestigio como Jordi Pujol o Mònica Terribas, la fundación tiene entre el principal objetivo de difundir la figura de Francisco Candel, así como facilitar la integración de aquellos inmigrantes que, como el escritor en su momento, buscan una nueva oportunidad, en este caso, en Cataluña.||
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