Tres nombres, que estarán escritos en la historia del Hospital Universitario de Bellvitge, fueron los protagonistas de convertir al entonces Hospital Príncipes de España en el centro pionero en trasplantes hepáticos. Exactamente el 23 de febrero de 1984, los cirujanos Carles Margarit y Eduard Jaurrieta realizaron el primer trasplante de hígado de España a Juan Cuesta, dando el pistoletazo de salida a una rama hasta entonces desaparecida en el país.
Ahora, el trasplante hepático cumple treinta años desde aquella primera operación en Bellvitge y lo hace con unos datos de éxito: hasta 21.500 trasplantes de hígado se han producido en territorio español desde entonces, 4.580 en Cataluña y, de estos, 1.383 en el Hospital Universitario de Bellvitge. Estas estadísticas muestran, sin duda, como Bellvitge sigue siendo un referente en este campo de entre las 26 unidades de transplantes hepáticos repartidas en todo el país.
“La supervivencia tras el trasplante es del 90% al año y de un 75% a los cinco años, lo que demuestra la importancia de esta terapia para aumentar la supervivencia a un grupo de enfermos que sin este tratamiento habrían fallecido”, comenta el Dr. Joan Fabregat, actual responsable de la Unidad de Trasplante Hepático del Hospital Universitario de Bellvitge. Gran parte del éxito de Bellvitge se explica a la elevada tasa de donaciones alcanzada en los últimos años. Durante el año 2013, Bellvitge ha sido, por cuarto año consecutivo, el hospital de Cataluña con el número más alto de donantes de muerte encefálica, estando por encima de la media tanto catalana como española. Conocedores de la importancia de la donación, en este 2013 se estrenó el programa de donación en asistolia. “Esto ha sido posible gracias al constante esfuerzo de sus profesionales, a una estructura de coordinación de los trasplantes ejemplar a nivel de Cataluña y de España ampliamente reconocida internacionalmente, y la generosidad de la ciudadanía con respecto a la donación de órganos”, asegura el Dr. Fabregat.
Pese a la buena salud, nunca mejor dicho, de los centros de trasplantes hepáticos en España y, en concreto, de Bellvitge, se abren nuevos horizontes en este campo. Los retos de futuro, según fuentes del centro sanitario, son potenciar la eficacia del tratamiento contra el virus de la hepatitis C tras el trasplante y, por otro lado, mejorar los tratamientos inmunosupresores.||
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