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Al margen

Por Olga Puertas Balcell
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h

Un mendigo hurgaba en un contenedor casi al lado del Palacio que celebraba un acto de presentación del libro: sobre la nobleza catalana en 1714 y sus opciones. Unos fueron austracistas, otros borbonistas. Sus descendientes directos asistían, mientras los políticos soltaban sus peroratas habituales. 

Acabadas éstas, mientras algunos se agolpaban a la espera del cava, otros ascendían a contemplar los objetos y documentos cedidos, para la exposición sobre el 1714 y los 2 reyes. Lealtades, fidelidades, traiciones, premios y castigos según el bando elegido se documentaban en paneles y vitrinas. Una recordaba, al contemplar los documentos de la familia Barraquer-Casanova, escritos en castellano, lo duras que fueron las negociaciones para conseguir la venta-cesión -de Can Barraquer- , donde su antepasado residió, murió y fue enterrado en iglesia próxima. En estas reflexiones, apareció la 24 duquesa de Maqueda: Pilar Paloma Casanova y Barón, embutida en un elegante conjunto gris-azul, abotonado a la manera de un húsar imperial austriaco. Miró, hizo un ligero comentario y se fue abajo. Alguien susurró que su hermano Luis Mª estaba casado con una heredera de los Habsburgos, por quienes sus antepasados lucharon. Fiel y perfecta alianza. Lo sorprendente es que nuestro ayuntamiento sanboyano tenga al margen a la familia Casanova, tal vez , porque ellos sí son fieles a los ideales de su antepasado, un patriota español que eligió una opción que resultó descartada. Esa era la opinión de la 24 duquesa de Maqueda en declaraciones a una revista en 2013. ¿Se explicarían así las razones del ostracismo de los familiares de Rafael Casanova? ¿Fijación anti-nobiliaria? Con respeto, pedimos al Protocolo del Ayto. que integre en los próximos festejos del 11 de septiembre a sus familiares directos, con los correspondientes honores y agasajos que su noble prosapia merece. También que se tenga en cuenta que su pariente optó por un Rey no por quiméricas patrañas, y que al perder supo adaptarse y pactar -con el éxito social y patrimonial- que su saga atestigua en actos como el del Palacio Moja. Nobleza obliga.

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