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Vuelve el fútbol americano al Baix Llobregat tras el declive de los Dragons

Vuelve el fútbol americano al Baix Llobregat tras el declive de los Dragons

Por Júlia Reñé

miércoles 17 de septiembre de 2014, 02:32h
Hay más de 27 clubs que juegan en competiciones a nivel amateur como el Hospitalet Pioners. A diferencia de la NFL, estas ligas no disponen ni de los medios físicos ni económicos; jugadores y socios pagan

Entran al trote, con paso seguro, observando la gradería: sus miradas, sus aplausos, sus gritos sobrecogidos. Su inmensa sombra en el césped denota la anchura de sus hombros, su tronco y su estrecha cintura en comparación. Llevan casco y coraza y dos rayas negras en sus mejillas. No son gladiadores, tampoco militares. Son jugadores de fútbol americano y salen preparados para luchar.

“¡Americanicemos Europa!”
Esto es lo que la liga nacional de fútbol americana (NFL) se propuso hace ya más de veinte años. Con el afán de lograr una promoción internacional del fútbol americano, la NFL creó una competición que se jugó a caballo entre Europa y Estados Unidos. Se eligieron tres ciudades europeas, una de ellas fue Barcelona, donde nacieron los Barcelona Dragons.

Este proyecto fue desde sus inicios una maniobra americana que tenía un objetivo muy concreto. Esta liga servía como segunda oportunidad para que los jugadores americanos que no habían sido elegidos por los equipos o que se habían lesionado, demostrasen que estaban preparados y capacitados para jugar en la NFL. Lógicamente, los equipos estaban formados por una mayoría americana y algún que otro de la tierra, a quien si resultaba ser bueno la NFL ofrecía plaza en un club americano profesional.

El sueño americano no cuajó en España. Por cultura o dimensión interestatal, el modelo no funcionó. “Por falta de público y pérdidas económicas” este fue el motivo a causa del cual, doce años después desde su creación, los Barcelona Dragons perdieron su licencia.

El eterno problema
La partida de los americanos fue un golpe letal para el equipo Barcelonés, pero fue bien encajado por el deporte en sí, que siguió adelante. Actualmente hay más de 27 clubs que juegan en competiciones a nivel amateur. Pero a diferencia de la liga de los Dragons, que tenía detrás la mano millonaria de la NFL, estas ligas carecen de medios físicos y económicos suficientes.

Por parte de los equipos, “la principal fuente de financiación es el propio jugador y los socios”, explica el presidente de los Hospitalet Pioners, Joaquim Martins. Los mismos jugadores son quienes pagan por hacer su hobby. Es por este motivo que desde los clubs se intenta promocionar el deporte para enganchar a nuevos jugadores. De acuerdo con el presidente de los Pioners: “hacemos muchos campus, intentamos captar gente en los colegios y estar cada vez más en los medios, tenemos mucha presencia en internet”. Dado que es un deporte minoritario otra práctica recurrente es el streaming, el retransmitir partidos por Internet. Aunque no es tarea fácil a causa del desconocimiento que hay aquí en Catalunya sobre este deporte. El fútbol americano “tienes que verlo con una persona al lado que sepa, que te pueda contar las normas básicas, sabiéndolas el deporte se entiende perfectamente.

El problema es ver aquello que ha pasado donde tú no estabas mirando”, dice Jordi Freixes, jugador veterano.

La crisis también juega al fútbol americano, los equipos van escasos de ayudas. Torrelles de Llobregat es un pueblo que acoge al club Torrelles Legends, según Alberto Sobrin, Técnico de Deportes del Ayuntamiento: “el equipo no recibe ayudas económicas, pero como entidad del pueblo, tiene la posibilidad de ubicarse en las instalaciones deportivas de Torrelles, así como de promocionar el deporte y el club en los diferentes eventos”. Pero no todos los equipos tienen esta suerte, muchos de ellos tienen que entrenar en campos de fútbol convencional (soccer para hacer la distinción) -tarea complicada para según qué jugador como el “chutador”, que necesita los palos de fútbol americano– o incluso tienen que disputar los partidos que juegan en “casa” en otras ciudades.

El reto es Europa
La única esperanza que les queda a los equipos es la Federació Catalana de Futbol Americà (FCFA). De acuerdo con el Presidente de la Federación, Juanjo Ayuso, “cada año pedimos la carta a los reyes magos, aunque últimamente no podemos pedir mucho porque hay recortes”. Las pocas ayudas que les llegan desde la Generalitat y otras entidades paralelas se destinan fundamentalmente al equipamiento de los campos: protectores de porterías, marcadores electrónicos, relojes para que se orienten los árbitros… Además de los costes fijos por partidos tales como los siete árbitros, único estamento que cobra; ambulancias, servicio obligatorio; instalaciones, que depende de cuales “pueden llegar a 1.800 euros por partido”; y seguros.

América en Cataluña es inviable. Según Juanjo Ayuso, no tenemos los recursos necesarios para subir este deporte a nivel profesional, a nivel americano, –empezando por todo lo que requiere un equipo, solamente un quarterback necesitaría un entrenador específico para él–, pero “sí, somos capaces de competir a nivel europeo poco a poco”, a nivel amateur vamos mejorando año tras año. Sólo se necesita empeño, ganas de jugar y disfrutar al máximo.

El árbitro marca el final del partido. Los jugadores exhaustos se abrazan, saludan a su afición y bajo una oleada de aplausos se dirigen a los vestuarios. Unos han ganado y otros han perdido, pero ambos equipos han disfrutado de este deporte que día a día va creciendo y dejando huella, gracias a sus valores, a más y más personas en el mundo.
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