El cine catalán cobra, el Tercer Sector No

Su trabajo es vital para garantizar la cohesión social y su labor es encomiable, más aún cuando lo llevan a cabo con las arcas medio vacías y soportando la deuda cronificada de la Generalitat. 50 millones de euros es lo que debe el gobierno de Artur Mas a las empresas dedicadas a trabajar por el bienestar de los ciudadanos más afectados por la situación económica. Una situación que está lejos de solucionarse, ya que los presupuestos del 2015 -apoyados por ERC- no incluyen ninguna de las mejoras reclamadas por las entidades sociales, como la ampliación de la Renta Mínima de Inserción o el incremento de las prestaciones a la dependencia.

Desde C’s siempre hemos aplaudido la labor que desempeñan las organizaciones del Tercer Sector, entre ellas las 260 que trabajan en el Baix. Y es que su colaboración ha sido determinante para cubrir las necesidades de las personas menos favorecidas, especialmente en los años más duros de la crisis económica. Por ese motivo, asegurar la continuidad del llamado Tercer Sector debe ser una prioridad para cualquier gobierno. Lamentablemente, no es así en el caso de Cataluña, donde CiU prefiere gastarse el dinero público en asuntos más terrenales: el cine catalán.

Esta es la nueva estructura de Estado que pretende construir Artur Mas y su aliado, Oriol Junqueras. Sólo así se entiende que la Generalitat invierta 25 millones de euros a potenciar y fomentar la producción audiovisual catalana, en vez de destinarlos a saldar la deuda acumulada con entidades sociales (50 millones), farmacias (227 millones), guarderías (11 millones) o ayuntamientos (Gavà 2,5 millones, Cornellà 12 millones o Sant Boi 10 millones). Las prioridades reales no pasan actualmente por el número de estrenos cinematográficos que llevan la marca Cataluña en su reverso, sino por la creación de empleo, el crecimiento económico, el restablecimiento de las políticas sociales recortadas y la colaboración con el Tercer Sector.

Una vez más, CiU y ERC anteponen las estructuras de Estado a las personas. Una vez más, CiU y ERC priorizan la bandera por encima de los ciudadanos. En cambio, en C’s lo tuvimos claro desde el principio: “Sólo nos importan las personas. No nos importa dónde naciste. No nos importa la lengua que hablas. No nos importa qué ropa vistes”. III