El Club de Ajedrez Viladecans se planta en Preferente en un ascenso que sabe a gloria.

Gambito de dama, enroque, peón pasado, coronar o ‘fianchetto’ son algunos de los infinitos términos relacionados con este deporte que, seguramente, pocos sabrán identificar pero que a muchos nostálgicos generan una ilusión excelente. Son los mismos nostálgicos que mantienen el espíritu de la práctica del ajedrez y que, a la vez, mantienen vivos los diferentes clubes que como el Club de Ajedrez de Viladecans son un activo y parte del patrimonio local pese a las dificultades por las que han pasado, de manera generalizada, entidades relacionadas con deportes minoritarios como este; sí, deporte, según el Consejo Superior de Deportes de España, que acaba con el debate de muchos que no lo consideran como tal.

Tanto es así que el ajedrez dispone, en España, de una compleja estructura competitiva que va desde los niveles más locales a los grandes ‘Opens’ internacionales. Es, sin embargo, el Campeonato por Equipos de Cataluña una de las citas ineludibles para la gran mayoría de clubes que representa a los federados de cada ciudad y que marca el calendario cada año. Y es que en él participan unas 3.500 personas de todos los puntos del territorio catalán juntando, cada domingo, entre enero y abril, a niños y niñas con veteranos y alguna veterana aficionada, aunque pocas por un machismo histórico que reservaba al ajedrez para los hombres. De hecho, esta cifra representa la mitad de los federados de Cataluña.

En este marco, el primer equipo del Club de Ajedrez de Viladecans ha logrado el ascenso de Primera Provincial a Preferente tras una competición regular casi perfecta y el campeonato de Cataluña de su categoría en una eliminatoria que acabó con campanada final, rompiendo todos los esquemas. En la primera fase, la entidad acabó con 7 puntos de los 9 posibles (en esta categoría si se vence en los enfrentamientos por equipos se otorga un punto; medio si se empata y cero si se pierde) cediendo solo ante el Espluguenc en la octava ronda y dos empates ante el Martorell ‘B’ y el Sitges ‘B’. Pese a empatar a puntos con el Vilafranca ‘B’, las estadísticas le favorecían en el desempate y, por tanto, consiguieron el deseado ascenso y el pase para la fase final de eliminatorias: vencieron al Castellet y al Amposta y se plantaron en la final ante el Vila Olímpica, el cual había ganado con gran solvencia todos sus encuentros en la fase de grupos gracias a algunos de los mejores jugadores jóvenes del panorama actual. En contra de todo pronóstico, el Viladecans venció 5 a 3 gracias a Manel del Río, Emili Muñoz, Daniel Mari, Jesús Mª Bueno, Carlos Carulla, Javier Aranda, Juan Pacheco, uno de los fundadores del club, y Guillermo Torrubia con lo que se alzaron con el Campeonato de Cataluña de su categoría, un doble logro, excepcional, que complementa este ascenso que sabe a gloria, a ilusión, a futuro precisamente en el aniversario de los 40 años de la constitución del primer Club de Ajedrez de Viladecans, antecedente directo de este.

Y es que, por problemas con el local, en 1990 se tuvo que disolver la entidad, que volvería tres años más tarde, para volver a competir en 1994. Ahora, en esta segunda etapa, el club que renacería como Club de Ajedrez Riera y que ahora pasará a llamarse Club de Ajedrez Viladecans llega, por primera vez, a esta categoría gracias a la experiencia de muchos pero también a la afición de los más jóvenes; equilibrio de éxito.

Club convertido en escuela
“Hoy en día si no hacemos clases, si no tienes escuela para los jóvenes, estás perdido, porque muchos aficionados adultos, ahora, optan por jugar por Internet”, explica Emili Muñoz, jugador y vicepresidente de la entidad. “Hemos perdido mucho con Internet”, reconoce Muñoz, lo que ha dejado al club con tan solo 25 socios, algo que les impide tener local propio, uno de sus grandes objetivos que volvería a consolidar la entidad. Hasta el momento, están en un espacio cedido por el Ayuntamiento en el Auditori Pablo Picasso de Viladecans, en donde dan clases para los más jóvenes los lunes (de 19 a 20 h.) y los miércoles (de 18.30 a 19.30 h.), pero también los viernes en el Casal la Montserratina (de 18 a 20 h.) y los sábados (de 10 a 13 h.).

En cualquier caso, mantienen, en un horario más amplio, la sala para que todo el que quiera se pueda acercar a conocer el club y compartir la afición por el ajedrez, una afición que seguro crecerá en Viladecans con el nuevo ascenso del primer equipo lo que permitirá continuar la particular partida que juega el club sin el miedo a que se le ‘caiga la bandera’ o que acabe en ‘jaque mate’. III