“Cuando llegué al médico ya habían pasado 14 personas antes con los mismos síntomas”. Los médicos lo tuvieron fácil para diagnosticar la gastroenteritis de Eric García y para saber que era, también, uno de los afectados por beber agua envasada en mal estado. En total, según la Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPC), el número de afectados asciende a 2.020 personas de casi un millar de empresas tanto de la demarcación de Barcelona, como de Tarragona. Todos ellos mostraron una sintomatología leve y solo fue necesario un ingreso que fue dado de alta el domingo.
“Todo comenzó el viernes. Ya se sabía lo del agua y, precisamente, lo comentábamos en la oficina, que no nos había afectado. Pero por la tarde, a eso de las 19 horas, acabé de jugar a fútbol y empecé a encontrarme mal. Desde entonces no paré de vomitar”, explica García, de 24 años. Desde entonces, tres días de vómitos que fueron de mayor a menor intensidad. “El viernes y sábado todo lo que entraba salía”.
Efectivamente, el empleado de Deloitte sí que era una de los afectados por la contaminación de agua. De hecho, la empresa ubicada en la avenida Diagonal ha sido, obviamente por su volumen, una de las más afectadas. En el mismo departamento del joven, de apoyo a las auditorías financieras, seis personas fueron afectados e, incluso, explica, “había plantas que estaban casi llenas de personas que habían sufrido el fin de semana el brote vírico”. En concreto, se debe a la presencia de norovirus, el cual se transmite a través de las heces y que pueden contaminar aguas o alimentos, incluso, según ha explicado Joan Guix, secretario de Salud Pública.
Para conocer el origen de la contaminación, ya se ha iniciado una investigación que lidera la administración andorrana ya que, la primera hipótesis apunta a que la contaminación se pudo producir en el proceso de “recogida, embotellamiento o higienización” del agua, del manantial Font d’Arinsal de Andorra. Según dijo Guix, el agua queda ya clausurado como producto final, de manera que la empresa distribuidora, en este caso, Eden Spring España, ubicada en L’Hospitalet de Llobregat, quedaría libre de culpa.
Aun así, no se descarta todavía ninguna posibilidad y tardarán algunos días hasta conocer el alcance de la investigación. Sí que ha transcendido que la compañía distribuidora retiró de forma preventiva un total de 6.158 botellas de 19 litros, así como seis lotes de producción, tal y como avanzó la empresa de L’Hospitalet en un comunicado, ya conocidos los primeros casos.
Mientras se conoce, en todo caso, el origen de la contaminación, los empleados y las diferentes compañías esperan para tomar posibles medidas legales. Medidas que podrían llegar, primero, a través de demandas colectivas y, segundo, con demandas individuales. Mientras, empresas como Deloitte ya han tomado sus propias medidas: cuando Eric García volvió a la oficina el lunes, todavía convaleciente, la compañía ya había rescindido el contrato con Eden para tener como cliente a otra compañía, en este caso, AquaService.
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