Jordi Pinyol, dueño de Balasch, en Cornellà, alerta del desinterés de la administración en relación al comercio local. El Ayuntamiento de Cornellà asegura que las grandes superficies no reciben ninguna ayuda municipal.
Como dice el refrán, el pez grande se come al chico. La invasión de los centros comerciales en el Baix Llobregat, unido a la crisis económica que atraviesa España, ha hecho que tiendas centenarias como Balasch tengan que cerrar las persianas de su local para siempre. Jordi Pinyol, propietario de un comercio de moda multimarca, lamenta que en Cornellà la apuesta municipal por las grandes superficies haya “matado” al pequeño comercio que muchas veces sobrevive con la soga al cuello y otras tiene que decir adiós a su actividad.
Sergio Fernández, teniente de alcalde de Economía y Gobernanza en Cornellà, responde con que “las licencias comerciales de las grandes superficies no las da el Ayuntamiento, sino la Generalitat”.
El edil socialista añade que a los centros comerciales de la ciudad “no se les da ninguna ayuda, porque todas las campañas y procesos de dinamización del ayuntamiento se hacen para el comercio local y los mercados municipales”. Fernández asegura sentirse “triste” con el cierre de Balasch, porque el comercio local es la identidad de la ciudad.
La calle Rubió i Ors
El 50% de las tiendas ubicadas en la calle Rubió i Ors, antiguo paseo de establecimientos urbanos y vía donde se ubicaba Balasch, están “cerradas” y el otro 50% restante corresponde a locales chinos, alerta Pinyol. El dueño de la tienda multimarca advierte que “hay muchos comercios que están a punto de cerrar por la cercanía con el Centro Comercial Splau, el Hipercor y el Centro Comercial Llobregat”. Muchas tiendas para una ciudad con 86.000 habitantes, uno de los municipios más pequeños de Cataluña en extensión. En respuesta a la situación de la calle Rubió i Ors, Sergio Fernández puntualiza que en esta misma calle, en los últimos años, “se han abierto 36 comercios, se han cerrado 9 y 17 han cambiado de nombre”, y en toda la ciudad se registran “361 altas en comercios reales”.
El propietario de Balasch recuerda por su parte que en 1994 la inauguración del Centro Comercial Llobregat (Eroski) generó un gran impacto sobre el pequeño comercio de la ciudad. Tamaño fue el impacto, que seis años después habían cerrado unas 400 tiendas urbanas, asegura Pinyol.
Las aperturas de grandes superficies comerciales continuaron en 1995 con el Corte Inglés y en 2010 llegó el CC Splau. Los tres centros citados cuentan con más de 150.000 metros cuadrados de venta, lo que supone dos metros de gran superficie comercial por habitante de Cornellà, en una comarca que ya suma una importante cantidad de grandes centros de compra y ocio en L’Hospitalet, El Prat, Sant Boi, Viladecans, Gavà y Castelldefels. En este punto, Sergio Fernández apostilla en defensa de Cornellà que “el Splau se encuentra ubicado en el término municipal de El Prat”.
“Tirados a la basura”
Jaume Balasch Cuxart fundó en 1916 la tienda de moda que años más tarde remodeló su nieto, Jordi Pinyol, quién invirtió 400.000 euros, “tirados a la basura”. Habría sido uno de los comercios más antiguos de Cornellà en el caso de que no hubiera cerrado por problemas económicos derivados de la “nula ayuda institucional y la masiva presencia de grandes superficies” en el Baix Llobregat. Un extremo que aumentará a finales de este año, cuando se dé la bienvenida al gigantesco The Style Outlet, de Neinver, en Viladecans. En Esplugues también se prevé que Equilis construya un nuevo centro comercial de 20.000 metros cuadrados.
Pinyol critica que en los últimos ocho años “el Ayuntamiento de Cornellà haya apostado más por las grandes superficies y nada por el comercio urbano”. El propietario de Balasch reprocha al regidor del área de promoción económica y gobernanza que “no ha se ha reunido con los comerciantes de la ciudad y nunca ha entrado en mi tienda”. Jordi Pinyol anota que tuvo una reunión con el alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, y éste le anuncio que “el comercio está haciendo un cambio importante y que en los próximos tiempos todo el comercio estaría en Internet, e incluso detalló que a largo plazo las grandes superficies desaparecerían”.
Auge de las compras online
Sergio Fernández señala que el cierre del comercio local se debe a la crisis económica, porque los hábitos de consumo han cambiado y el ciudadano ahora compra online, sobre todo, “tema textil”. Según la Asociación de Autónomos de España, entre 2013 y 2018, unos 200 comercios en todo el Estado “están abocados al cierre por los alquileres de renta antigua, la falta de relevo generacional, la competencia con otro tipo de comercios y el la competencia online”, ha descrito Fernández.
La administración municipal ha practicado una “política cínica” de cara a los comerciantes mientras facilitaba el trabajo a las grandes superficies, asegura Pinyol. Algunas de las actividades que ha promovido el Ayuntamiento se sustentaban en la campaña “Cornellà Compra a Casa”, donde se ofrecía una tarjeta de fidelización que acabó abandonándose; y la Nit del Comerç, que consistía en abrir las tiendas hasta las 12 de la noche y que “habría funcionado muy bien si no se hubiera perdido la tradición”.
Jordi Pinyol añade que el desinterés hacia el comercio local por parte de la administración es “evidente” y esto tendrá “nefastos efectos sociales”, como la desertización. III