Viladecans será el modelo de referencia del PSOE para reindustrializar España y potenciar los sectores del turismo y el comercio del país. El éxito de las políticas económicas impulsadas por el alcalde de la ciudad, Carles Ruiz, le han convertido en el nuevo secretario de Industria, Turismo y Comercio en la Ejecutiva socialista de Pedro Sánchez y, así, en el capitán fuerte del Baix Llobregat en el partido.
El revuelo partidista del PSOE ha vivido, en este último año, una auténtica sucesión de bandazos que ha ido desde el famoso Comité Federal que obligó a la dimisión de Pedro Sánchez, en octubre, a su victoria en las primarias ante Susana Díaz y Patxi López. En este va-y-ven, los socialistas del Baix Llobregat han pasado de ver peligrar su influencia en el partido a recuperar su condición de feudo clave del socialismo catalán y español. Un papel que abanderará Ruiz, también, como mano derecha y voz de Iceta en Madrid, que no confía en Núria Parlón, en estos momentos, la bombera-pirómana del PSC, que con sus declaraciones personales no deja de encender fuegos en el partido.
Desde El Llobregat, ya avanzamos esta posibilidad el viernes previo al Congreso, que, por cierto, ponía en valor al territorio desde el principio, con la elección de la alcaldesa de Esplugues, Pilar Díaz, como Secretaria de Actas de la mesa congresual. Durante la jornada se confirmó que Ruiz lideraría las tres áreas que se barajaban desde una misma secretaria ejecutiva.
Y es que Carles Ruiz Novella (1962) es, desde luego, uno de los activos más importantes del PSC del Baix Llobregat y con más proyección. Militante socialista desde 1987, y con una hiperactividad poco habitual, Ruiz suma a su papel de alcalde diferentes responsabilidades supramunicipales y de partido. De hecho, según hemos podido saber, sus constantes viajes a Madrid para responder a su nuevo cargo en el PSOE le obligará a prescindir de alguna de estas labores, todavía por concretar.
El objetivo de Ruiz es, con un perfil municipalista fuerte y sin pretensiones de diputado, ayudar al partido, como decíamos, con la reindustrialización del país, con el incentivo y gestión del turismo y el comercio exportando el modelo de Viladecans a España. Es indudable que Viladecans, en estos últimos años, se ha posicionado y ha encontrado el hueco propio en su entorno metropolitano. El desarrollo de Ca n’Alemany con la llegada de Desigual y de Neinver, y políticas específicas como la subvención de las empresas que patenten en la ciudad, una iniciativa pionera en España, han dado un impulso a la ciudad con el que no contaba años atrás.
Amigo de Sánchez
Mucho ha tenido que ver, también, su amistad con Pedro Sánchez, a quien ya apoyó en su primer proceso de primarias. Sánchez ha llegado a dormir, de hecho, en la casa de un concejal del Gobierno local, prueba de la estrecha relación y de confianza que tiene con Ruiz, su equipo y la ciudad. En 2014, pues, contó con su apoyo y, en esta ocasión, Ruiz fue el principal impulsor de la campaña de apoyo al ya secretario general desde el principio y no como hicieron los avaladores de Susana Díaz, que crearon el acto a días de la votación.
De hecho, Viladecans fue la ciudad que acogió el último acto de campaña de Sánchez en Cataluña, en donde hizo tres paradas: Barcelona, Sabadell y la ciudad baixllobregatense.
Talante próximo
Graduado en Ciencias Políticas y Administración Pública y con estudios de Derecho, Carles Ruiz aporta, como alcalde, un talante de proximidad y ‘sin corbatas’. Además de que nunca las lleve, aporta un estilo cercano y campechano que, arropado con discursos que nunca lee y que suelen contar con toques personales que los enriquecen, le ha permitido llevar ya 12 años como alcalde de Viladecans.
Y eso que también ha contado con episodios de crisis como el registro de la Guardia Civil vinculado al caso Inipro. Una operación que investigaba al primer teniente de alcalde de la ciudad y entonces presidente del PSC local, Joaquín Guerrero. Pese a ser uno de los principales cargos del gobierno y pese a no haber ninguna imputación, Ruiz zanjó la crisis poniéndose a disposición de la Justicia para colaborar en el proceso y empujando a Guerrero a la dimisión. Ruiz convirtió, entonces, la crisis en oportunidad. Aprovechando los cambios en el gobierno, apostó por perfiles más técnicos y especializados como son Pere Gutiérrez, Elena Alarcón y Jordi Mazón, que han dado al Gobierno local un aire más moderno, joven y, sobre todo, profesional. III