Hay muchos blockbusters que intentan dar al espectador gato por liebre, que no entretienen, que son puro “hype”. No es el caso de “Baby driver”.
Cine de acción, entretenido, romántico y con un punto de partida interesante
“Baby driver” tiene un puñado de canciones excelentes, entre las que suenan artistas tan grandes como Jonathan Richman, The Commodores, Barry White o Jon Spencer Blues Explosion.
Firme candidata a ser la película de este verano, tiene un aire escapista pero va mucho más allá, mantiene vivo el fenómeno de films como “Ahora me ves” que contra pronóstico encuentran su público, mucho público. En Estados Unidos ya ha sido un éxito.
Su planteamiento mezcla música, acciones espectaculares en coche con múltiples persecuciones, atracos perfectos y romanticismo.
El film es muy entretenido, no tiene ni un segundo de tiempo muerto, no da tregua, va al grano. Quizá por eso, por intentar abarcar mucho tiene algunos defectos. La escena de la pelea final es larguísima, algo ya endémico en el Hollywood de los últimos años, y hay algunos personajes excesivamente tópicos y poco interesantes.
El protagonista tiene un pasado trágico, es un gran conductor de coches, solitario y con una gran pasión por la música y por hacer sus propias remezclas, casi vintages. El film puede hacer revivir las cassettes que nunca debieron desaparecer del mercado.
Sobre el tema romántico hay una frase que quizá haya quien diga que es cursi pero que en el film funciona muy bien. El prota le pregunta a la chica: ¿Qué haces mañana? Y ella le responde: Eso dímelo tú.
La gran revelación del film es la bellísima Lily James que enamorará a muchos espectadores. Ansel Eigort es el protagonista que en algunas escenas lo borda y en otras deja dudas, quizá porque el guión necesita algunas vitaminas creativas para momentos algo incongruentes.
Kevin Spacey está correcto, convincente, pero lejos de sus registros importantes. Tiene poca presencia en la trama la mexicana Elza González (y no deja de ser curioso porque su belleza es espectacular), igual que Jamie Foxx que está muy desaprovechado (su film cumbre es “Django desencadenado” a las órdenes del gran Quentin Tarantino). El más flojo del reparto es Jon Hamm que es el villano principal.
En el film hay media docena de escenas muy conseguidas, entre ellas el momento en que Ansel y un niño de 8 años entran en un banco para lograr información, el primer momento en el bar entre el “prota” y Lily James, las conversaciones entre Eigort y su padre adoptivo que es mudo y tiene problemas de salud, algún flashback sobre cómo surgieron los problemas auditivos de Baby o varias persecuciones.
Incluso hay varios momentos ascensor que hacen recordar a “Drive” y a Ryan Gosling.
El desenlace es brillante y, tengo la sensación aunque quizá me equivoque, que estamos ante el inicio de una nueva saga, material para ello hay más que de sobra.
Edgard Wright demuestra que es mejor director que guionista, eso sí, hay que reconocerle el acierto en la línea de partida y en el desenlace. Cineasta inglés nacido en 1974, es el autor de “Zombies party”, “Arma fatal”, “Scott Pilgrim frente al mundo” y “Bienvenidos al fin del mundo”.
Una vez más estoy muy de acuerdo con mi buen amigo Carlos Boyero, estamos ante “(…) un agradable producto artesanal, un entretenimiento muy correcto”.
José López Pérez
@JLPnosolocine
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