“El Festival está en su mejor momento. El año pasado se acabó de consolidar y tendremos Acròbates para muchos años”. “Siempre hemos querido unir música y poesía en casi toda
la programación; si no seríamos un festival más”
Por su formato, por su combinación entre música y poesía, por la intimidad de sus escenarios, el Festival Acròbates de L’Hospitalet ha conseguido tras diez ediciones consolidarse como una citaobligada en el calendario cultural de la ciudad. Ya no hay debate sobre su ubicación, si no más bien al contrario: “tendremos Acròbates a L’Hospitalet por muchos años”. Así lo asegura su directora artística, Vanessa Martín, que nos recibe en las butacas del Joventut durante los últimos ensayos del homenaje a Jaime Gil de Biedma que abrió esta edición. Una edición muy especial por la efeméride pero que, además, reconfirma el éxito del año pasado el cual introdujo novedades sustanciales y que fueron bien recibidas por el público: la ampliación del programa a todo un mes o el Acròbates Kids son un ejemplo. En este 2015, hasta el 29 de noviembre se podrán disfrutar actuaciones con artistas de primer nivel que cederán parte de su parcela habitual para combinar música y poesía, el denominador común del festival y, a la vez, cóctel de éxito que aporta el valor añadido necesario para acercar el mundo de los versos al espectador. III
-El Festival Acròbates cumple diez ediciones. ¿Qué os aporta L’Hospitalet para haber consolidado esta cita cultural aquí tras sus inicios en varias ciudades?
-Se hizo una primera edición en Gavà, otra en Madrid y a partir de ahí la tercera fue ya en L’Hospitalet, pero hicimos una mas en Rivas-Vaciamadrid, que nos llamaron para intentar que fuera dual, pero solo se hizo una vez; luego ya por los tiempos de los tiempos se quedó en L’Hospitalet. Apostaron por él desde la tercera edición y desde entonces los trabajadores del ayuntamiento, de las salas, siempre nos han apoyado y ya hace tres ediciones que decidimos que se quedaba aquí. Además, la gente ya está muy involucrada y es, de hecho, una marca de la ciudad.
-Se cumple esta efeméride, una edición especial. ¿Qué valoración hace de estos años de Acròbates?
-Pasamos unos primeros años bastante duros pese a que le poníamos la misma ilusión. La gente encontraba que el formato era un tanto extraño. Está acostumbrada a ir o a recitales de poesía o a conciertos de música. El hecho de traer a Carlos Tarque a un sitio en donde se va a recitar poesía era un poco desconcertante. Ahora ya, en cambio, la gente lo ha entendido, asisten a más recitales y si antes empezamos con una semana, desde el año pasado estamos haciendo un mes completo. Por otro lado, los espacios también han crecido: antes solo eran los teatros y algunas bibliotecas y ahora están hasta las salas como las Salamandra o el Oncle Jack. Hemos crecido un poquito más cada año.
-¿Está el Acròbates en su mejor momento?
-Sí, el año pasado se acabó de consolidar y este año tenemos la sensación de que va a ser para muchos años más.
-De hecho, hay cierto continuismo con la anterior edición.
-Sí, el año pasado fue una prueba que ni nosotros ni el propio ayuntamiento sabía si un mes iba a funcionar. Dijimos vamos a probar y a ver qué pasa. Al final, la verdad, es que funcionó muy bien y estamos muy contentos. Repetimos también con el Acròbates Kids, una novedad de la anterior edición que se consolida, y este año lo que estrenamos son los Vermuts Poètics. Esto, claro, como es algo gratuito no sabemos hasta que no pasa el día si la gente va a venir o no, pero, de momento, la recepción en redes sociales ha sido muy buena.
-¿Es la clave esta fusión entre música y poesía e, incluso, con toques de teatro; este año con Lluis Homar?
-Claro, al final todo se va retroalimentando. El año pasado tuvimos a José Sacristán, recitando a Machado y, luego, tuvimos un homenaje a Vinyoli y Samsó, con la propia Ester Solé y Montserrat Carulla. Este año tenemos a Terrabaixa, muy especial, con Lluis Homar haciendo todos los personajes. ¿Por qué no? Es bueno que el festival se retroalimente.
-Tiene cierto espíritu experimental. A ver qué sale.
-Completamente. Siempre hemos programado cosas como el Poetry and Rock, que siempre ha sido más por confluencia que no por divergencia. Creemos, como el año pasado que estaba Luis García Montero y Benjamín Prado con Carlos Tarque y Leiva, y creíamos que de ahí podía salir algo muy chulo por las cosas que tenían en común. Este año, por ejemplo, tenemos a Mikel Erentxun, con Jesús María Cormán, que le ha hecho muchas letras a Mikel, siendo un poeta, y luego con Benjamín Prado y Rebeca Jiménez que ya han estado y se complementan muy bien. Estonces pensamos en juntar estos grupitos de dos y a ver qué pasa. Como eso muchos otros espectáculos. Un año tuvimos a Rafa Pons y a Escandar Algeet, un cantautor y un poeta que se admiraban mutuamente pero no se conocían. Dijimos de juntarlos y fue maravilloso.
-¿Es esto lo que aporta este valor añadido que escapa al debate sobre el exceso número de festivales que se dan en Cataluña?
-Si no seríamos un festival más de música. Con todos mis respetos, que cuesta mucho hacer un festival y todo lo que conlleva. Pero nosotros ya cuando hicimos la primera edición en 2008, dijimos de aportar algo nuevo. Sí que hay muchos festivales de poesía con algo de música. Nosotros lo que quisimos es unir en casi todas las propuestas ambas cosas.
-Por L’Hospitalet va a pasar desde Albert Pla, Joan Miquel Oliver, o el Niño de la Hipoteca, hasta Raúl Fernández, Mikel Erentxun…
-Sí, será de nuevo para todos los públicos, con gente consolidada, pero también con gente que está empezando y que tienen que tener los mismos espacios. Estamos abiertos a la variedad. El año pasado, por ejemplo, Pedro Pastor, que estaba presentando el disco, no había tenido la ocasión de pisar un teatro y apostamos por él, fue muy bien y este año viene con un poeta al Oncle Jack a hacer un espectáculo nuevo de música y poesía. Intentamos que se amplíe todo el cerco y que la gente pueda tener algo, al menos, a lo que le gustaría ir.
-¿Han notado una mayor aceptación tanto por los grupos más consolidados como por parte de los artistas emergentes, que tienen ya la cita del festival como fija en su calendario?
-Hemos tenido mucha suerte porque desde la primera edición, que tuvimos a Quique González, Luis García Montero, Pancho Varona y Sonia San Román en un espectáculo, pues, nos dijeron que sí a la primera. En general, ha habido mucha suerte en las siguientes ediciones, pero ahora sí que notamos que cuando llamas y dices Acròbates, ya saben lo qué es. Supongo que es también fruto del esfuerzo de estos años. E igual con la gente nueva que nos dice oye estamos haciendo esto por si os gustaría programarnos.
-¿Se acerca así más la poesía a la gente?
-Desde siempre nos habíamos dedicado a la música, a la canción de autor. Pero, por otra parte, éramos consumidores privados de mucha poesía. Decíamos qué podemos hacer, nosotros que conocíamos los espacios habituales, para que los recitales de poesía llegue más a la gente. Y la fórmula de la música es maravillosa. La gente se interesa. Y traes a Mikel Erentxun y aquí conocen a Jesús María Cormán. Con el Poetry and Rock ha pasado esto, que incluso había la expectativa de a ver a quien traen este año. En definitiva, es la manera de abrir los espacios –que no son los habituales- a la poesía que se lo merece tanto o más que la música.
-¿Falta incentivar la poesía desde el ámbito local?
-Sí. En L’Hospitalet, desde hace un tiempo, están saliendo cosas. Racó Poètic está haciendo muchas cosas desde hace unos meses; el grupo Verba también y cada año, sobre todo con Núria, que es la chica de bibliotecas y conoce muy bien a los grupos locales, nos decimos qué podemos hacer para implicarles. Un ejemplo son los ‘slammers’, que están muy activos en el Oncle Jack, y este año volvemos a darles un espacio. III