La guerra entre el Baix Llobregat y el Ministerio de Fomento suma y sigue. Si no son ya suficientes las obras pendientes por parte del Estado en nuestro territorio, el nuevo titular, Íñigo de la Serna, suma una nueva paralización. Según han comunicado esta semana oficialmente, Fomento ha parado el enlace de la A-2 con la AP-7 al entender que el proyecto es pequeño e insuficiente y que, por tanto, se colapsaría.
La obra, que afecta fundamentalmente a los municipios de Sant Andreu de la Barca, El Papiol y Castellbisbal, consiste en un viaducto de 850 metros que evitaría dar la vuelta que ahora se tiene que dar y que es de 12 kilómetros para pasar de un lado al otro del río por carreteras comarcales.
La noticia ha tenido la pronta reacción del alcalde de Sant Andreu de la Barca, Enric Llorca, que ha pedido retomar las obras de manera “inmediata”: “Hace 10 años que estamos detrás de este enlace y exigimos que se retomen las obras, que están a punto de acabarse”. Llorca considera que se trata de una infraestructura fundamental para los ciudadanos de la zona, por donde pasan, según las estimaciones, unos 200.000 vehículos cada día.
El proyecto se aprobó en 2006 y en 2010 ya se produjo la primera paralización de las obras. Lo más grave, seguramente, es que desde hace seis años la infraestructura está casi acabada. En los últimos dos años se han hecho dos modificaciones de la obra, con la consecuente paralización, y ahora se hará una tercera; algo que también se notará en la partida presupuestaria. La obra pasará a costar, como mínimo, de 50 a 76 millones de euros.
Según Fomento, de iniciarse el actual proyecto se daría un efecto embudo y no solucionaría los problemas de tráfico. Por ello, el proyecto se reformulará de nuevo para mejorarlo. En cambio, según el alcalde de Sant Andreu, “es preferible que se ponga en marcha, aunque no sea la solución definitiva que no que siga parada”.
Sea como sea, lo cierto es que, de momento, no hay fecha prevista para la finalización de las obras.