El aumento en la llegada de cruceros al Port de Barcelona y el crecimiento de las operaciones aeroportuarias en El Prat ha obligado a tomar medidas para reducir la contaminación. Estas emisiones afectan directamente al entorno metropolitano siendo más graves en las poblaciones del sur del Baix Llobregat (como El Prat, Cornellà, Sant Boi, Viladecans o Gavà) y a Barcelona.
Port de Barcelona y ‘Symphony of the Seas’
El Port de Barcelona ha puesto en marcha el ‘Plan de Mejora de la Calidad del Aire del Port de Barcelona’ que tocan los ámbitos de la reducción de las emisiones de barcos, del tráfico, de la maquinaria de terminal, la red de vigilancia de la calidad del aire, etc.
Estas medidas que llevan en funcionamiento desde 2015 sorprenden ahora con el nuevo buque insignia de la naviera Royal Caribbean: ‘Symphony of the Seas’. Este barco es gemelo del crucero más grande del mundo pero con la diferencia que con sus nuevas prestaciones técnicas lo hacen un 25 por ciento más sostenible medioambientalmente, es decir, reduce sus emisiones de gases contaminantes. Además, supone una apuesta renovada por Barcelona y su entorno metropolitano como puerto base para los próximos meses, sobre todo en la temporada estival.
Además de ser más respetuoso con la ciudad y el medioambiente este supercrucero realizará 30 salidas desde la ciudad, con unos 6.000 pasajeros de todo el mundo, lo que se traducirá en 180.000 cruceristas que pisaran nuestro territorio este verano. La peculiaridad de este barco es el peso, la capacidad máxima de pasajeros (incluso tiene 7 barrios), el tobogán a más altura en alta mar, los puentes, restaurantes… que sorprende al ver la reducción de una cuarta parte las emisiones de dióxido de carbono. Una joya de ingeniería cada vez más verde.
Aeropuerto de El Prat y las emisiones de dióxido de carbono
El Aeropuerto de El Prat –mediante el Departamento de Medio Ambiente- controla las emisiones de gases contaminantes a través de la estación colocada en el aeropuerto y de tres estaciones más colocadas en puntos estratégicos de su entorno (situadas en las localidades de El Prat, Viladecans y Gavà).
El aeropuerto llobregatense lleva años esforzándose por reducir las emisiones de dióxido de carbono y consiguiendo que a pesar de que aumenten las operaciones y el tráfico de pasajeros y aviones no aumente la contaminación proporcionalmente. Los aviones que esperan para aterrizar acompañada de la saturación diaria de las pistas es lo que provoca el mayor aumento de emisiones. Por ello, cada vez son más los modelos ecológicos impulsados por las compañías aéreas como el ‘Boeing Dreamliner’ que reduce un 20 por ciento el consumo de combustible respecto a otros aparatos similares.