El Área Metropolitana de Barcelona (AMB), conjuntamente con los ayuntamientos, quiere dar pasos para lograr rebajar la contaminación –que cada año va a más- en Barcelona y los municipios metropolitanos aledaños.
Por ello, durante el pleno del Consell Metropolità del mes de septiembre, se ha aprobado por unanimidad la estrategia climática del AMB, conocida como ‘Pla Clima i Energia 2030’.
La hoja de ruta de este nuevo plan contra el cambio climático y para llevar a cabo la transición energética se basa en propiciar unos cambios de hábitos en la ciudadanía de cara al año 2030. Esto se traduce en un descenso de las emisiones de dióxido de carbono en un 40%, el aumento de energías renovables en un 30% y la mejora de la eficiencia energética en otro 30%. Así lo ha expresado el vicepresidente de medio ambiente del AMB, Eloi Badia, que considera que con la aprobación de este plan de clima y energía han logrado dar “un paso adelante importante para fijar la hoja de ruta del AMB, a la vez que se cumplen los objetivos del cambio climático de la cumbre de París”.
¿En qué consiste el ‘Pla Clima i Energia 2030’?
La entidad metropolitana pone como base de medida de las emisiones contaminantes el año 2005, cuando se emitieron 16.374.292 toneladas. El objetivo de cara a 2030, según regula el nuevo plan aprobado por el Consell Metropolità, es de 9.824.575 toneladas al año. Esto supondría reducir los porcentajes en emisiones contaminantes, como se ha explicado anteriormente. El plan cuenta con un presupuesto total de 11.774.817 euros.
Además, dentro de las acciones impulsadas directamente por el AMB, un 24% de la reducción corresponderá a la mejora en las instalaciones metropolitanas, renovando equipos de plantas de tratamiento de residuos o depuradoras, mientras que un 35% irá orientado a mejoras en la eficiencia energética con la implantación de fuentes de energía sostenibles y, el resto, un 41%, se destinará a cambios en la movilidad, es decir, al uso de vehículos eléctricos y bajar las emisiones en el sistema de transporte público.
El ‘Pla Clima i Energia 2030’ contempla hasta 96 acciones diferenciadas, todas ellas con aplicación práctica en el territorio y divididas en cuatro grandes capítulos, que se basan en “renaturalizar” los espacios para crear una metrópolis más verde y que aguante mejor los efectos del cambio climático, potenciar la generación local de energías renovables y así mejorar la eficiencia energética del sistema, sensibilizar a la ciudadanía para que tenga un papel activo en la lucha contra el cambio climático y alcanzar una plena coordinación entre el AMB y los ayuntamientos metropolitanos para ser más efectivos.
“Renaturalizar” espacios metropolitanos
En el primer capítulo de este plan, “renaturalizar la metrópolis”, los espacios de las ciudades juegan un importante papel, en especial los recursos hídricos y la recuperación de la infraestructura azul y verde. Es por ello que el AMB advierte que una de las consecuencias más inmediatas del cambio climático será la disminución de los recursos hídricos disponibles -actualmente el 78% de las demandas se satisfacen con agua potable- y, por tanto, la necesidad de potenciar el uso de recursos alternativos, a través del futuro ‘Pla Director del Cicle Integral de l’Aigua’.
Acciones como el proyecto ‘Dunes Híbrides’, se centran en recuperar los paisajes de las dunas naturales tan característicos de las playas de Castelldefels, Gavà y Viladecans, dado que esto fomenta la biodiversidad y supone una defensa natural contra la pérdida de arena causada por los temporales y el cambio climático.
Por otro lado, en este capítulo del plan también se intenta potenciar la cantidad de espacios verdes urbanos para evitar el efecto ‘isla de calor’. Otra de las actuaciones en esta línea es la elaboración de un mapa de ‘refugios climáticos’, es decir, equipamientos públicos como centros cívicos o bibliotecas con climatización y puntos de agua potable para garantizar que la población más vulnerable tenga cerca de su domicilio un espacio donde evitar los efectos de las olas de calor.
Energías renovables y eficiencia energética
En los últimos años se han fomentado las energías renovables, instalando molinos o placas fotovoltaicas para producir energía limpia. En esta producción es donde quiere entrar el AMB con el ‘Pla Clima i Energia 2030’, instalando placas fotovoltaicas en las cubiertas de diferentes edificios públicos de los municipios metropolitanos. La autoridad supramunicipal ha escogido este modelo energético considerando que la energía solar es la “fuente con más potencial y rentabilidad del territorio”.
Otra de las apuestas del plan es la red de ‘Fotolineres Laborables’. La electricidad que se genera, también a partir de placas solares, se destina a recargar los vehículos eléctricos enchufados y, cuando éstos no la necesiten, se puede aprovechar para dar energía a la instalación pública que tienen al lado. Las fotolineras principales están situadas en Esplugues, Sant Feliu, Gavà y Viladecans.
Al fin y al cabo, medidas de alcance metropolitano para un problema que afecta a todos y cada uno de los municipios del AMB y alrededores, como son también las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en el ámbito de las rondas y que buscan limitar el paso de los vehículos más contaminantes en días de mucha polución.
El Baix Llobregat, de las más contaminadas
Según el último informe de Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire, correspondiente a 2017, la región metropolitana de Barcelona registró unas cifras altas de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno (NO2), con varias estaciones instaladas por todo el territorio registrando niveles que sobrepasan los límites establecidos por la normativa. No es el NO2 la única emisión contaminante que afecta al área metropolitana, ya que la presencia de las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y el ozono troposférico registraron niveles preocupantes.
De hecho, en el estudio se señala la zona del Vallès-Baix Llobregat como una de las más contaminadas de Cataluña, a causa no solo de la intensidad del tráfico rodado, sino también del transporte marítimo. Por este motivo, Ecologistas en Acción coloca el foco en el Puerto de Barcelona, cuyas estaciones de medición superaron diariamente durante 2017 los límites legales, poniendo de manifiesto que el problema de las emisiones contaminantes no solo está relacionado con el tráfico rodado.