Esto de marcharse o despedirse a la francesa significa irse de un lugar sin despedirse de nadie ni decir un mísero hasta luego. Podría considerarse un desplante en toda regla. Evidentemente esa actitud está vista como un acto de mala educación.
¿Qué tienen que ver aquí los franceses? No es que quiera yo tratarlos de maleducados, sino más bien de modernos e innovadores. Siempre lo han sido, aún cuando las modas no han sido acertadas.
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