Agentes de Mossos, Guardia Urbana y Policía Nacional han participado en la operación. Los vecinos denunciaban robos y otros problemas de convivencia con la veintena de inquilinos del inmueble.
El edificio está en estado ruinoso e inhabitable, situado en la calle Carril, a poca distancia de la estación de Renfe. El desalojo se ha llevado a cabo esta mañana a partir de una orden judicial, motivada por la denuncia de la propiedad del edificio y por las numerosas denuncias de robos de joyas y teléfonos móviles que habían interpuesto los vecinos, que también se quejaban desde hacía tiempo de ruido, suciedad y otros problemas de convivencia.
En el momento de la intervención había en el interior del inmueble una veintena de personas, 16 hombres y cuatro mujeres, todos jóvenes, informan fuentes municipales, que explican que la mitad de ellas han sido trasladadas a dependencias policiales. La Policía Nacional, por su parte, se ha llevado a ocho de ellas, de las que la mitad estaban en situación irregular en el país, mientras que las otras cuatro están pendientes de identificar debidamente. Por su parte, Mossos ha detenido a uno de los inquilinos como presunto autor de algunos de los robos denunciados, mientras que se ha llevado para identificar a la única persona que podía ser menor de edad.
Los servicios sociales del Ayuntamiento, por su parte, se harán cargo de las personas en situación de vulnerabilidad que ocupaban el inmueble.
Un edificio que había sido propiedad de un banco y ahora pertenece a un fondo de inversión. Tras el desalojo, los agentes han procedido a sellarlo para evitar nuevas ocupaciones. Sobre el interior del mismo, fuentes municipales aseguran que no reunía las mínimas condiciones higiénicas o de salubridad, ni había agua corriente.