Cristina Bergua Vera desapareció en Cornellà el domingo 9 de marzo de 1997, con 16 años. La chica había ido a dejar a su novio, según confirmaron algunas de sus amigas, pero desapareció sin rastro. Fue vista por última vez por su entonces pareja en la carretera de Esplugues, hasta donde él dijo que la había acompañado.
Cuatro meses después, la Policía Nacional recibió una carta anónima asegurando que el cuerpo de Cristina estaba en el vertedero de la ciudad. Tras algunos impedimentos administrativos de la Generalitat, no se halló resto alguno de la joven allí. El caso fue reabierto en 2007 a petición de la familia y, en 2010, el Gobierno declaró Día Nacional de los Desaparecidos Sin Causa Aparente el 9 de marzo, coincidiendo con la desaparición de Cristina.
Más de 22 años han pasado desde que Cristina Bergua desapareció aquel 9 de marzo de 1997 en Cornellà, sin causa aparente. La chica había quedado con su entonces pareja, Francisco Javier Román, para cortar la relación, según explicó el círculo de amistades de Cristina, y éste la habría acompañado hasta la Carretera de Esplugues, el último lugar donde fue vista.
La madre de Cristina, Luisa Vera, recuerda que su hija era “muy alegre” y asegura que no observó nada raro ni ningún cambio en su carácter antes de desaparecer sin rastro. “El día que desapareció habíamos estado comiendo en casa, después se arregló y se fue”, relata la madre sobre lo sucedido aquel domingo de 1997. Los padres de la chica, al ver que no volvía a casa, llamaron a algunas de sus amigas para saber si estaba con ellas, y fueron ellas quien les confirmaron que había quedado con Román.
El papel de Javier Román, ex novio de Bergua
“Fuimos aquella misma noche a ver si él –Javier Román- sabía algo, pero solo dijo que la había dejado en la Carretera de Esplugues”, recuerda Vera. La madre, además, asegura que el ex novio de Cristina “nunca ha venido a manifestaciones ni concentraciones por la desaparición”. “Pero esto es una cosa personal de cada uno”, añade.
Pero tal como sucedió en 1997, las declaraciones de Javier Román no acabaron de convencer a la familia ni al pueblo de Cornellà, pese a que nunca se pudo demostrar que estuviera implicado en la desaparición de Cristina. Román, tiempo después, sería condenado y encarcelado por otro delito de tráfico de drogas al intentar introducir en España más de 3 kilos y medio de cocaína.
Juan Bergua, el padre de Cristina, no acabó de entender las declaraciones difusas que Román dio tras la desaparición de su hija. El quid de la cuestión está en las diferentes versiones que el individuo proporcionó a diferentes familiares de la desaparecida. “Después de lo que le dijo a mi mujer fue mi hijo a preguntar y nos inquietó mucho la pasividad que tenía”, dice Bergua, recordando diferentes “mentiras” que Román les dijo respecto a la desaparición. Entre sus declaraciones, según asegura el padre de Cristina, se encontraban afirmaciones como “ya volverá” o que se había ido a Andorra con un tío que tenía y volvería cuando tuviera la mayoría de edad. “Un montón de mentiras: a las pruebas nos remitimos, han pasado 22 años y estamos como el primer día”, sentencia Bergua respecto a las declaraciones del exnovio.
Contenedores de basura
A los cuatro meses de desaparecer Cristina y sin pruebas aparentes llegó una carta anónima a la Policía Nacional con la primera pista: el cuerpo de Cristina podría haber sido depositado en un contenedor de Cornellà. Al haber pasado tanto tiempo, la búsqueda tenía que efectuarse en el vertedero del Garraf, a caballo entre Gavà y Begues, a donde iba a parar toda la basura del área metropolitana de Barcelona.
“No estamos contentos con el trabajo que se realizó”, afea Bergua, porque “desde que se recibió la carta hasta que empezaron a buscar pasaron 11 meses”, lamenta el padre de Cristina ante la poca implicación, especialmente de la Generalitat. Bergua asegura que cuando se comenzó a buscar a su hija el gobierno catalán paralizó a los 30 días el operativo por “su alto coste”.
Luisa y Juan no pararon en su lucha para hallar a Cristina e incluso, tras hablar con Núria Gispert, consellera de Justicia por aquel entonces, se plantearon hacer una huelga de hambre indefinida en la plaza Sant Jaume. Pero entonces llegó el milagro: la titular del juzgado número 3 de Cornellà, María Sanahuja, ordenó seguir registrando bajo su responsabilidad el vertedero. No hubo suerte, pero era la única pista que había en ese momento.
Reapertura del caso 10 años después
El caso de la desaparición de Cristina Bergua pasó de la Policía Nacional a los Mossos d’Esquadra. De hecho, Luisa y Juan, a través de InterSOS, fundación creada en parte por ellos para apoyar a las familias de personas desaparecidas sin causa aparente, pidieron en el Parlament que se creara una unidad especial de búsqueda para este tipo de casos. Fue votada por unanimidad en la cámara catalana, pero no fue hasta 2008, cuando los Mossos se desplegaron, que fue efectiva.
Un año antes de la puesta en marcha de esa unidad especial, en 2007, el caso fue reabierto a petición de la familia. Los agentes de Mossos volvieron a interrogar a familiares y amigos de Cristina. Este hecho, según asegura el padre de la desaparecida, se llevó a cabo porque “las niñas ya eran mujeres” y querían saber si algún tipo de información que omitieron en su momento podía salir a la luz y ayudarles a encontrar a su hija. Pero no se consiguieron nuevas pistas entre las declaraciones de los afectados por la desaparición de la chica.
El ADN. En una década la ciencia y la tecnología avanzan, y así lo pensaron los padres de Cristina. Por este motivo, se analizó la carta anónima para encontrar restos de ADN, a partir de la saliva del sello pegado en el sobre. Sin embargo, los investigadores no pudieron hallar coincidencias significativas para inculpar a nadie y hallar algo de luz a un caso con muchos interrogantes.
Día Nacional de los Desaparecidos
Sea como sea, Luisa y Juan están muy “agradecidos al pueblo de Cornellà”, tanto a vecinos como a los representantes del Ayuntamiento, por todo el apoyo que les han brindado durante estos 22 años. Un monolito en el barrio de la Gavarra, cerca de donde residía Cristina, recuerda la desaparición de la chica en 1997. Al acto de inauguración, en 2018, acudieron el actual alcalde de la ciudad, Antonio Balmón, el ex alcalde y ex president de la Generalitat, José Montilla, acompañados por el célebre periodista Paco Lobatón, que se volcó en el caso.
La lucha de los padres por encontrar a su hija Cristina marcó un antes y un después en la búsqueda de personas desaparecidas. Tanto es así, que el Congreso aprobó por unanimidad en 2010 elegir como el Día Nacional de las Personas Desaparecidas Sin Causa Aparente el 9 de marzo, el día en que se le perdió la pista a Cristina. Ese reconocimiento, además, permitió que el Ministerio del Interior comenzara a dar datos desde ese mismo año de las personas desaparecidas en toda España.
El caso que marcó un antes y un después en la búsqueda de desaparecidos |
La desaparición de Cristina Bergua marcó unos protocolos de actuación que hasta 1997 eran deficitarios. En 2009, cuando desapareció Marta del Castillo en Sevilla, se registró más ágilmente el vertedero donde se sospechaba que estaba el cuerpo. La lucha por encontrar a Cristina sirvió, según su padre, para que “con Marta del Castillo todos fueran a buscar, como tiene que ser”.
Desde 2008 Mossos cuenta con una unidad de desaparecidos, y los padres de Cristina destacan el trato y apoyo que les han brindado los agentes, en especial, el mosso Jordi Domènech. Hasta el ex Major Josep Lluís Trapero dio orden para que se atendiera con prioridad a las personas que denunciaban una desaparición. Juan recuerda que la implicación de Trapero en el caso fue tal que le dijo: “Si os llega alguna queja a InterSOS me llamas”.
|