Empezamos nuevo año con la resaca del precedente en que las clases de activos de renta fija y de renta variable tuvieron un comportamiento muy positivo.
. Y quizá, estas alzas generalizadas nos pueden hacer olvidar las múltiples dudas e incertidumbres sufridas durante el año: el culebrón del Brexit, la guerra comercial entre las dos primeras potencias económicas del mundo, los problemas en Oriente Medio, el teatro del ejecutivo italiano, España “en funciones” y sobretodo las políticas cambiantes, impredecibles y en muchos casos a golpe de tuit de Donald Trump. Visto lo visto, podemos estar más que satisfechos por el excelente comportamiento de los mercados financieros en 2019.
¿Y ahora qué? ¿y en 2020 qué? El año empieza con un tono positivo y con la ventaja que el tema del Brexit, de la guerra comercial y del gobierno español están resueltos. Entendemos que algunos opinarán que no se han resuelto del modo más favorable para los deseos de los mercados. Puede ser, pero siempre hemos pensado que es mejor para los mercados una resolución mejor o peor de un problema que continuar in eternum con la no resolución de un tema que nos instala en una incertidumbre permanente.
Vayamos por partes. El Brexit es una realidad, como hemos defendido muchas veces, ni se ha producido un segundo referéndum ni para los que querían ver un segundo “referéndum” con las últimas elecciones legislativas británicas el resultado fue lo que una mayoría de opinadores en nuestro país auguraban: una victoria de la opción de permanecer en la UE. Votar a Boris Johnson, alcanzando la mayoría absoluta con el mayor apoyo del partido conservador desde los tiempos de la “dama de hierro”, es votar Brexit. La gran damnificada hasta la victoria de Boris, la libra esterlina, ya muestra de nuevo su fortaleza y el camino que tiene por delante parece mucho más favorable.
La guerra comercial se ha resuelto con la fase I del acuerdo con el detalle no menor de toda la escenografía en la firma por parte de Donald Trump y Xi Jinping. Ciertamente no es un acuerdo que satisface las aspiraciones iniciales de unos y otros, pero es muy positiva porque elimina, aunque sea temporalmente, la incertidumbre que ha venido generando y reactiva de nuevo la inversión empresarial porque el marco es ahora más estable.
En Italia el segundo gobierno Conte, en el que el movimiento 5 estrellas cambiaba de socio de coalición en el divorcio con la Lega de Salvini para casarse con el Partido Democrático, fue muy bienvenido por Bruselas. Ponía fin a la extrema beligerancia de Salvini con la UE en el primer gobierno Conte. Sin embargo, durante este año, esa estabilidad vuelve a estar en tela de juicio por los problemas internos del partido pentaestrellado en la que hay riesgos de disidencia de algunos de sus miembros. Sin embargo, cabe recordar que el efecto de una enésima crisis de gobierno en Italia es mucho menor que en cualquier otro país. Será por eso de la normalidad de un gobierno en crisis en el país transalpino.
En España, la nota positiva es que “habemus” gobierno, la negativa para los mercados es que parece un gobierno con poca empatía con una parte del mundo empresarial y dispuesto a llevar a cabo políticas económicas “anti austeridad” que podrían llevar a mayores desequilibrios presupuestarios. En cualquier caso, cabe destacar que apenas se invistió a Pedro Sánchez como presidente, los seguros de impago (CDS) de los bonos públicos españoles bajaron de manera clara, y esa es una primera reacción positiva de los mercados, probablemente, pesó más el hecho de abandonar de una vez esa España “en funciones”
En cuanto al crecimiento económico global seguimos pensando que este año continuará la desaceleración económica que ya vimos en el 2019 pero que no debería llevarnos a la recesión. Sin duda, el apoyo de los bancos centrales con sus políticas monetarias expansiva seguirá siendo clave para mantenernos a flote. Eso, además, significa un horizonte prolongado de bajos tipos de interés, o de intereses negativos.
En resumen, nos estamos adentrando a este año con un optimismo contenido y en el que creemos que el flujo de inversión en bonos continuara siendo sólido. Probablemente, si la intención de voto hacia Trump para las elecciones presidenciales americana del 3 de noviembre le es favorable el año será más placido. Si por el contrario Trump siente el riego de perder las elecciones hará cualquier cosa para remontar en las encuestas y eso generará inestabilidad y nervios en los mercados. Sin duda, las elecciones americanas serán la clave del año.