Las cabalgatas de los Reyes Magos serán estáticas y se deberán seguir a distancia en fila india, con control de temperatura e hidrogel. El Mag Maginet no recibirá a las visitas en la Torre de la Miranda pero plantará su tienda en el campamento oriental de la Fira de Cornellà.
Ni Papá Noel, ni los Reyes Magos, ni todas las huestes de criaturas navideñas se salvan del covid-19. Si pretenden que se les deje en las casas del Baix Llobregat y L’Hospitalet tendrán que hacer caso a las restricciones sanitarias y de seguridad vigentes, acatar las normas de la pandemia y, como mínimo, llevar mascarilla, Aunque, quien sabe, si a la hora de la verdad los se saltan el confinamiento perimetral y los toques de queda para repartir los regalos...
Pero con excepción de ese puntual momento, en el resto de apariciones públicas, los monarcas, pajes, duende, elfos y San Nicolás con panza y barba blanca, estarán sometidos a las mismas limitaciones que todo bicho viviente. Como cabía esperar, no habrá cabalgatas de los Reyes Magos en ningún municipio y las carrozas serán estáticas y podrán visitarse, pero extremando las medidas de seguridad. Eso supone desfilar en fila india por delante de la comitiva real y siempre guardando las distancias entre grupos burbuja, que previamente tendrán que haber superado un control de temperatura y haberse lavado las manos con hidrogel alcohólico. Para los que ni siquiera ouedan acceder al acotado festival, habrá retrasmisiones en directo por internet.
Tampoco se celebrará la ineludible fira infantil de Cornellà, ni podrá visitarse en una iluminada Torre de la Miranda ea se emisario de sus majestades y fabricante de juguetes que es el Mag Maginet. Tampoco se instalará el tradicional campamento oriental en el parque de Can Mercader. En su lugar, la Fira de Cornellà se convertirá en un improvisado y superventilado salón indoor abierto a los más pequeños, pero con cuentagotas y mucha precaución. La entrada será gratuita pero para acceder al recinto habrá que reservar turno.
Magia para todos pese al coronavirus Grinch
En general, los municipios intentarán compensar la triste austeridad de los acontecimientos mágicos con espectáculos en las zonas comerciales y en los patios de los colegios, dinamizaciones, gimcanas y lecturas y juegos.
Una de las bajas irremplazables causadas por este despiadado Grinch que responde al nombre de SARS Cov-2 es el pesebre viviente Corbera de Llobregat, que se veía celebrando anualmente y de forma ininterrumpida desde 1962. La Associació Pessebre Vivent Amics de Corbera ha decidido, muy juiciosamente, anularlo “para garantizar la seguridad de los más de 250 voluntarios que participan en el pesebre y también de los visitantes”, que ya superan el millón de personas si se suman los de las 58 ediciones anteriores.
La ausencia del belén por antonomasia del Baix, que ocupa 14.000 metros cuadrados del incomparable paraje natural de la Peña del Corb, se compensará con la exhibición de fotografías y vídeos de anteriores ediciones del pesebre viviente, con la vista puesta en que en la Navidad del 2021 ya nadie se acuerde del coronaviru.
Pero no está todo perdido. Las varitas luminiscentes que muchos municipios entregan a los niños para guiar a los reyes de Oriente hasta sus domicilios están hechas a prueba de covid-19. Así que funcionarán con total normalidad y con toda precisión. Cosas de la magia. III