Tanto los espacios naturales del Delta del Llobregat como el Parc Agrari del Baix Llobregat conforman un enclave privilegiado que se extiende parcialmente por El Prat, Viladecans y Sant Boi.Por su ubicación estratégica –en mitad del área metropolitana de Barcelona-, y, sobre todo, por su potencial medioambiental y su valor ecológico, que combina cultivos de proximidad con humedales y Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), integrados en la red europea Natura 2000. Este enclave es esencial en tiempos de cambio climático y ocupa 4.301 hectáreas (969.4 de espacios naturales y 3.332 agrícolas), es decir, lo mismo que los términos municipales de L’Hospitalet, Esplugues, Cornellà y Sant Just Desvern juntos.
Con estas cifras en la mano cabría pensar que la reserva verde del Delta es la niña mimada de las administraciones y que se apuesta decididamente por conservar este auténtico paraíso natural en mitad de la mayor conurbación catalana. Pero es todo lo contrario. El consorcio que gestiona los espacios naturales dispone de un ridículo presupuesto de 438.000 euros al año y el del Parc Agrari funciona con 959.095 euros anuales. En suma 1,4 millones de euros, es decir el 60% de lo que gasta Castellví de Rosanes, el municipio con menos habitantes de la comarca.
El agravio es de amplio espectro. “Los espacios naturales del Delta (de competencia autonómica) son el único sistema protegido de Cataluña que no está financiado íntegramente por la Generalitat, lo que comporta un agravio”, recalca Carles Ruiz (PSC), alcalde de Viladecans. Hasta hace poco, los municipios incluso aportaban más dinero que el Govern. “Es una situación muy preocupante, y más cuando se está hablando de ampliar los espacios protegidos”, sostiene Ruiz.
Para que el Delta deje de ser el hermano pobre de los espacios naturales catalanes, los alcaldes de El Prat, Viladecans y Sant Boi exigen una mayor implicación del resto de administraciones (Área Metropolitana, Diputación, Gobierno de España y, en especial, del Govern) con una “gobernanza conjunta que garantice más inversiones y asegure el futuro”, propone el alcalde de El Prat. Lluís Mijoler (ECP). “Por la importancia que tiene para todo el entorno, reclamamos un compromiso especial de trabajo conjunto” que contrarreste “la falta de estrategia y gestión” de la que hace gala la Generalitat, destaca Lluïsa Moret (PSC), alcaldesa de Sant Boi.
El alcalde de Viladecans incide en que la actual aportación de la Generalitat es “insuficiente” y el déficit que actualmente se genera “lo están cubriendo los ayuntamientos”, lo que evita los números rojos. La situación es “preocupante” porque si se consuma la anunciada ampliación de los espacios naturales “se tendrán que incrementar los recursos y los municipios ya no pueden hacer más esfuerzos económicos”, advierte Carles Ruiz. III
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