Los datos del mes de abril se han comparado con los del mismo mes de 2019 porque el año pasado el confinamiento domiciliario prohibió todos los desplazamientos no esenciales y vació casi completamente las terminales y las pistas barcelonesas
Si se comparan los números de la operatividad del Aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona-El Prat de este mes de abril con los del 2020, nos llevaríamos una imagen muy engañosa de lo que en realidad está ocurriendo en la instalación. Según estos registros, el tráfico de pasajeros ha aumentado en el último año un 2.503,9%, las operaciones se han disparado en un 542% y el transporte aéreo de mercancías ha crecido un 125,4%. Pero es un crecimiento ficticio, ya que en abril de 2020 la actividad en las instalaciones barcelonesas fue nula, debido a que estaba vigente el confinamiento domiciliario, que prohibió todos los desplazamientos no esenciales y vació casi completamente las terminales y las pistas de El Prat.
Pero si se toman como referencia los guarismo pre-pandémicos de abril de 2019 la radiografia es radicalmente distinta: el aeropuerto Josep Tarradellas sigue siendo la instalación aérea española que más cae, con un descenso del 89,3% en el número de pasajeros recibidos (481.682 en total). Algo similar, o peor, sucede con el número de operaciones de aterrizaje y despegue, que se desplomaron un 78, 6% (6.360 movimientos de aeronaves), la peor cifra de la red nacional con diferencia (el aeropuerto de Madrid “solo” cae un 65,1%)
También sigue cayendo el tráfico de mercancías, sobre todo porque una buena parte de los paquetes que antes se transportaban en cargueros especiales ahora van en las bodegas de los vuelos comerciales. Las cifras de carga del aeropuerto pratense durante abril de 2021 también se han comparado con la de abril de 2019 para calibrar su evolución debido a que en abril de 2020 Aena centró sus esfuerzos en la operativa de carga sanitaria y otras mercancías esenciales, así como en garantizar el retorno de todos los ciudadanos a sus países de origen. Con estas premisas, el tráfico de carga en Barcelona ha descendido en el último año un 26%, con un total de 10.345 toneladas transportadas.