Después de un año complicado, el balance del gobierno municipal es bastante pobre. Y es que los problemas se acumulan y se arrastran de curso en curso.
La inseguridad ciudadana se ha convertido en una de las mayores preocupaciones vecinales. Las calles de la ciudad son cada día más inseguras. Falta policía recorriendo los barrios tanto de día como de noche. La zona de playafels acumula incivismo, vandalismo e incluso agresiones que preocupan a la ciudadanía en general, pero también a padres y jóvenes dadas las escasas alternativas de ocio existente.
La okupación de vivienda es otra de las asignaturas pendientes. Tanto Barcelona como el Área Metropolitana encabezan las ocupaciones ilegales de vivienda, provocando la intranquilidad que supone no saber si al volver a casa te la vas a encontrar con gente dentro.
Capítulo aparte son las obras. La Av. Constitución se está eternizando. Una obra que costaba inicialmente 8 millones y que ahora podría superar los 11. Además, se han suprimido más de 300 aparcamientos lo que implica grandes molestias tanto para los vecinos como para los comercios.
Si hablamos de impuestos, tendremos que echarnos nuevamente la mano a la cartera. Sube el tributo metropolitano un 3%, la tasa de tratamiento de residuos un 5,1%. En clave municipal, el gobierno de Castelldefels no ha llevado al pleno las nuevas ordenanzas, lo que a la postre significa que se mantienen las actuales condenando a los vecinos a seguir pagando las subidas de impuestos de años anteriores. Se pierde una gran oportunidad para rebajar el IBI que afecta a muchísimas familias que no llegan a final de mes y que tienen que fraccionar el recibo en 4 veces porque no pueden pagarlo de golpe. Tampoco se bonifica a autónomos o empresas para estimular la contratación de personas en paro.
Es por ello, que seguiremos trabajando para revertir todo este caos. Necesitamos un cambio, y contigo lo vamos a conseguir.