Desde hace más de dos décadas, el Institut Bernat el Ferrer de Molins de Rei se ha convertido en un referente en internacionalización educativa gracias a su firme apuesta por el programa Erasmus+. Lo que empezó como simples intercambios sin financiación entre institutos europeos en 2002, ha evolucionado hacia un modelo consolidado de movilidad para alumnos de Formación Profesional, con proyectos cada vez más ambiciosos.
“El instituto comenzó a internacionalizarse en el 2002 realizando intercambios sin subvención económica con institutos de Francia, Alemania, Grecia y Holanda”, explica Montserrat García Durán, profesora del centro y una de las responsables de la coordinación Erasmus. A partir de 2007, estas iniciativas comenzaron a recibir financiación europea, permitiendo ofertar estancias de prácticas en empresas o talleres de otros institutos de entre una semana y dos meses, especialmente dirigidas a estudiantes de ciclos formativos.
El programa ha crecido exponencialmente. “Actualmente nos movemos entre 15 o 20 alumnos de media”, una cifra que contrasta con los inicios, cuando “solo viajó un alumno para realizar prácticas en una empresa en Dublín, recuerda García. Desde 2021, con la obtención de la Acreditación Erasmus para FP, el instituto ha desarrollado proyectos de 15 meses de duración, siempre dentro del calendario escolar.
Rendimientyo académico y madurez
El proceso de selección busca asegurar no solo el rendimiento académico, sino la madurez y autonomía del alumnado. Los interesados jan de presentar su CV Europass en inglés y un vídeo de motivación. “Se tiene en cuenta expediente académico, pero no es un factor definitivo”, aclara García. Se valoran más los perfiles autónomos, responsables y capaces de reincorporarse con éxito al curso tras la estancia. Durante los viajes “se hacen básicamente prácticas en empresa o en los talleres de los institutos”, pero también se programan visitas formativas y actividades culturales, sobre todo para los fines de semana., explica la profesora,
La vocación inclusiva del programa es clara. “Fomenta la participación de jóvenes con menos oportunidades y en situaciones de vulnerabilidad”, y se les otorga puntuación adicional en la selección. Además, todos los estudiantes reciben una beca para cubrir gastos de viaje, alojamiento y manutención. “Los alumnos con menos recursos económicos cobran un poco más de beca”, señala García.
Colaboración reciente con Finlandia
Los vínculos más frecuentes han sido con países como Alemania, Francia, Italia, Irlanda y Portugal, y recientemente se ha iniciado una colaboración con Finlandia. Las movilidades se programan al inicio de cada curso, dependiendo de la financiación y la disponibilidad de empresas colaboradoras.
Además de enviar estudiantes al extranjero, el Bernat el Ferrer también recibe jóvenes europeos. “Cada año recibimos entre 15 o 20 alumnos de FP en el centro”, quienes realizan prácticas en empresas locales o en los talleres del instituto. La acogida va más allá de lo académico: “Intentamos ofrecer un trato muy cercano y humano. Que tengan confianza con nosotros para ayudarles ante cualquier situación”.
Experiencias de más de dos semanas
Los beneficios del programa son múltiples y evidentes. “Erasmus ayuda a que los estudiantes crezcan académicamente y a nivel personal, sobre todo en las experiencias de más de dos semanas”, comenta García Durán. Uno de los mayores retos para el alumnado es aprender a gestionar su día a día: “organizar compras, comidas y, sorprendentemente, gestionar el tiempo libre es un desafío”, reconoce. También se fomenta un sentimiento de pertenencia europeo “sobre todo en los formatos de intercambio”. Muchos vínculos forjados en estas experiencias perduran en el tiempo, dando lugar a amistades que trascienden las fronteras.
Desde el centro se hace un seguimiento posterior a los participantes y se valora cada experiencia mediante encuestas de satisfacción. Aunque reconocen que “la gestión documental es uno de los grandes retos”, el compromiso del equipo docente es absoluto: “Se requieren muchas horas de dedicación… pero el equipo lo realiza gustosamente”. De cara al futuro, el Institut Bernat el Ferrer no se conforma. Su objetivo es “seguir reforzando nuestra participación en Erasmus+ y ampliar el número de centros partners”. Es un ejemplo claro de cómo un instituto público puede abrir horizontes globales más allá de lo académico. III
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