El final de los alquileres de rentas antiguas se nota poco en la zona del Llobregat
miércoles 18 de marzo de 2015, 06:38h
De momento, solo tres establecimientos confirman su cierre por la actualización del alquiler: dos en L’Hospitalet y uno en Martorell
Locales de todos los municipios consiguen esquivar el cierre de sus locales tras el fin de las rentas antiguas. Lo que permitió comercializar, en su momento, los cascos antiguos de los municipios se ha convertido ahora en un arma de doble filo. Sin embargo, los comerciantes del Baix han sabido poner remedio con opciones alternativas. Solo hemos confirmado tres cierres de locales históricos.
Perfumería Aurora, de Martorell; y la coctelería Tirsa y el Bar Deportivo de L’Hospitalet son locales emblemáticos de nuestra comarca que han cerrado o que lo harán próximamente. El motivo es la entrada en vigor del final de la LAU, la Ley de Arrendamientos Urbanos, efectiva desde el 1 de enero de este 2015.
Según esta norma estatal, con el comienzo del nuevo año, se ponía fin a un tipo de renta que comenzó en plena Dictadura, concretamente el 24 de diciembre de 1964. En esa Nochebuena, el sistema jurídico de la época reconoce unos alquileres hereditarios a precio fijo basado en las cuotas de los años sesenta. A la práctica, esto significa que en 2014 y en nuestra comarca, aún había comerciantes que pagaban cerca de 50 euros al mes como alquiler de un local de más de 80 metros cuadrados.
Este tipo de contratos dejaron de firmarse en 1985 con el “Decreto Boyer”; pero se mantenían activos los anteriormente pactados. Es curioso que, precisamente el año de la muerte de este exministro, también hayan concluido los alquileres de renta antigua, uno de los principales objetivos del difunto marido de Isabel Preysler. Pero dejando al margen esta “casualidad”, es importante destacar los efectos que el cese de las rentas antiguas provocan entre el sector comercial del Baix Llobregat y de L’Hospitalet.
Estos alquileres proliferaron en las zonas comerciales de los cascos antiguos durante las décadas de los sesenta y setenta, lo que hace que las consecuencias del final de la Ley afecten a los comercios más característicos o reconocidos de nuestros municipios. Los emprendedores de la época firmaban este tipo de alquileres porque gracias a su buena ubicación, las ventas eran elevadas y los costes del mantenimiento del negocio, bajos. Sin embargo, en la mayoría de localidades del Baix Llobregat y de L’Hospitalet, con el paso de los años, los establecimientos más emblemáticos consiguieron comprar el local.
De hecho, la Unió de Comerciants de Sant Vicenç dels Horts asegura que en su municipio, ningún local tendrá que cerrar por el cese de los alquileres de renta antigua ya que, en su mayoría, todos los negocios más antiguos han acabado comprando el local. Esta misma situación se da en otras localidades de la comarca, como Esplugues.
Soluciones
Los que no pudieron comprarlos, han intentado ahora encontrar soluciones. Éste es el caso de “Bodegas Consuelo” de Cornellà y de “Olga Difusió Academy”. Este último negocio es una academia de peluquería y estética instalada en Molins de Rei que paga 800 euros de alquiler y que ha podido ser deslocalizada como consecuencia de esta nueva norma. “Tenía que cerrar el 31 de diciembre y de hecho lo teníamos todo preparado para el traslado; pero recibimos una llamada de la gestoría y nos informaron que el propietario nos concedía una moratorio de 6 años más”, explica el Director General de la empresa, Antoni Pasqual.
Para este negocio, el cese de la renta antigua habría supuesto cambiar de localidad porque “los alquileres comerciales en Molins son inviables ahora mismo por la diferencia con nuestra cuota actual”, asegura el Director General de Olga Difusió Academy.
En el caso de Martorell, la mayoría de los negocios del casco antiguo han comprado con el paso de los años los establecimientos y esto ha hecho que el cese de las rentas antiguas no se haya prácticamente notado. Así lo asegura el gerente del Centro Comercial de la Vila, que es la zona de comercios del Casco Antiguo.
Pero de entre esta gran mayoría, Marisa no ha corrido la misma suerte. Lleva 22 años vendiendo perfumes y ahora, con setenta años, aprovechará el final de su renta antigua para jubilarse. “Yo compré el negocio Perfumería Aurora y me he pasado toda mi vida trabajando en lo mismo. Sin embargo, por un tema de herencias, ha cambiado el dueño de mi local y no hemos llegado a un acuerdo. Ahora mismo, desconozco cuál va a ser mi futuro porque, según me han dicho los vecinos, el local –que había sido puesto a la venta- ha sido comprado y no sé qué intenciones tendrá el nuevo propietario. Yo ya me quiero jubilar, pero me gustaría hacer un traspaso para que pudiera aprovechar el buen nombre de mi tienda una nueva emprendedora, como lo fui yo en su momento”, confiesa Marisa Olivet Andreu. Por lo pronto, esta perfumería tan característica bajará la persiana definitivamente el 23 de marzo.
La Unió de Comerciants de Catalunya pide vehemencia para evitar el cierre de locales, sobre todo en la zona del casco antiguo de Barcelona. En L’Hospitalet también ha habido consecuencias graves por la entrada en vigor del final de las rentas antiguas. Dos locales, la coctelería Tirsa y el Bar Deportivo han cerrado después de toda una vida en activo. En la medida de lo posible, arrendadores y propietarios han llegado a acuerdos, pero lo que está claro es que el chollo de las rentas antiguas, entre los comercios, ya ha acabado. III