El optimismo abre la mayor fiesta democrática local

Alrededor de 700.000 ciudadanos de nuestro territorio están llamados a las urnas este 24 de mayo para plasmar un nuevo dibujo consistorial de donde saldrá su alcalde para cuatro años más.
Por la importancia que supone, de hecho, las elecciones municipales han sido el denominador común de esta publicación desde hace meses, lo que nos ha permitido abordar la información desde distintos focos de interés.

En marzo, realizamos la encuesta electoral a nivel comarcal; en abril, celebramos nuestro número 100 con los 100 retos del Baix Llobregat en un esfuerzo extraordinario con un especial de casi 100 páginas –un auténtico borrador de lo que tienen que abrazar los próximos planes de actuación municipal- y, en mayo, ofrecemos un monográfico político de 22 páginas que incluye el único debate electoral realizado en nuestro territorio a nivel comarcal.

Como no puede ser de otra manera, en junio, la constitución de los ayuntamientos marcará, obviamente, la siguiente edición.

La legislatura del optimismo
Mientras todo el foco mediático estaba puesto en el inicio de campaña electoral –con la tradicional enganchada de carteles; esta vez, más plural que nunca-, la noticia del día llegó desde Madrid: Volkswagen anuncia la inversión de 4.200 millones de euros en los próximos cuatro años para la planta de Seat en Martorell y para la del grupo en Navarra.

Esto supone un nuevo impulso para la compañía española y para la planta de Martorell que si ya representa, por sí sola, el 4% del PIB catalán y el 1,3% del español (sin contar toda la red de proveedores), ahora está llamada a ser una de las mejores de toda Europa. El sector de la automoción había recuperado las buenas sensaciones y ahora vuelve a tirar del carro, nunca mejor dicho.

Empleo, desarrollo, sinergias de actividad, valor añadido y, sobre todo, optimismo. El ‘bombazo’ del grupo alemán abre la campaña de unas elecciones que tienen que escoger a los gestores de la legislatura de la recuperación, del positivismo y de los buenos datos. Todos los ingredientes están sobre la mesa, los invitados estamos más dispuestos a participar que nunca de la fiesta; ahora faltan los chefs. III