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Volkswagen podría vender Seat para hacer frente a las indemnizaciones
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Volkswagen podría vender Seat para hacer frente a las indemnizaciones

miércoles 14 de octubre de 2015, 23:20h
La marca Volkswagen ya ha anunciado un recorte de mil millones; si el grupo tiene que vender activos, Seat podría ser la marca elegida. La gestión del titular de Industria, José Manuel Soria, deja los 3.300 millones de euros de Seat en el aire

El destape en Estados Unidos y el reconocimiento prácticamente inmediato por parte del Grupo Volkswagen de que habían instalado motores diésel trucados para pasar los controles de contaminación en Norteamérica generó desde ese instante un tsunami de dudas en un océano de incertidumbre que todavía hoy dura. Pese a que cada día nos hemos levantado con un nuevo titular, muchas cosas quedan pendientes de conocer, primero, en el seno del grupo alemán, pero también y, sobre todo, por lo que se refiere a la empresa española de Seat, ubicada en Martorell y considerada la compañía más importante del territorio y la primera industria de Cataluña.

Entre estas cuestiones, aparentemente, la mayor es asegurar las inversiones prometidas por el grupo alemán en Seat para el desarrollo de la planta de Martorell, una inversión cifrada en 3.300 millones de euros hasta 2019. Al cierre de esta edición, esta cuantía no está asegurada, menos aún tras la gestión de la crisis del titular del ministerio de Industria, José Manuel Soria. Sin embargo, no debemos descartar la posibilidad de la venta de Seat por parte del grupo alemán, opción que ya se ha barajado en entornos internacionales económicos y en los círculos del sector de la automoción aunque todavía no haya calado en los medios.

Recorte de mil millones
Las millonarias multas que el grupo Volkswagen deberá pagar por la infracción de la normativa norteamericana y por la instalación de estos motores trucados son tales que se desconoce todavía una cuantía aproximada. Cuantía que aún se verá aumentada si finalmente deben afrontar indemnizaciones a los usuarios afectados.

Sea como sea, es ya evidente que esta multinacional de la automoción que abraza a doce marcas ya ha comenzado a apretarse el cinturón. Recientemente, su marca insignia, la marca Volkswagen, ha confirmado que recortará sus inversiones mundiales en 1.000 millones de euros. Solo la marca. Esta partida se tendrá que descontar de los 86.000 millones que todo el grupo anunció que invertiría hasta 2019: “La marca Volkswagen se está reposicionando a sí misma para el futuro. Nos estamos volviendo más eficientes, estamos dando un nuevo enfoque a nuestra gama de productos y a nuevas tecnologías clave y estamos haciendo hueco para tecnologías de futuro acelerando nuestro programa de eficiencia”, decía el consejero delegado de la compañía, Herbet Diess, intentando aclarar el cambio de rumbo de la marca. Se trata, en cualquier caso, de un apretón del cinturón consecuencia del ‘DieselGate’ que seguro que se extiende al resto de marcas hasta límites todavía por aclarar.

En este sentido, la desinversión puede derivar –como ya está pasando- en recortar las inversiones que estaban previstas y, segundo, en vender parte del activo del grupo. De ser así, los analistas apuntan a Seat como la compañía con más números para ser la primera en caer de las doce marcas: “Si Volkswagen debe prescindir de alguna marca para pagar multas, Seat está en un rango medio-bajo”, exponía recientemente el analista Javier Urones de XTB Brokers en la publicación Crónica Global, como ejemplo, de que no sería una locura la venta de la empresa española.

De hecho, Seat se encuentra a punto de superar los años de números rojos, con un producto y una tecnología de calidad, y unas perspectivas positivas como demuestran los últimos datos de ventas: se han incrementado en un 5% en lo que llevamos de año y, por lo que se refiere a Martorell, ha fabricado hasta 33.000 vehículos más que en el mismo periodo del año pasado, un incremento del 10%, alcanzando la cifra de 360.000 coches. Es seguro, por tanto, que habría inversores y compradores interesados, puesto que Seat ahora es un caramelo perfecto en el sector.
Por otro lado, independientemente de su situación económica, existen otros factores como el geográfico o incluso la tradición que impiden a Volkswagen vender algunas del resto de marcas. Cabe recordar que no sería la primera vez que el grupo pone su punto de mira en la empresa española; ya en 2006 y 2011 se habló de la posibilidad de efectuarse esta desinversión.

El doble error de Soria
Ante la compleja gestión de la crisis que todos los actores implicados han tenido que llevar a cabo, cabe mención especial la del titular del Ministro de Indústria, Turismo y Energía, José Manuel Soria. Dos deslices en poco tiempo han puesto en jaque el futuro de las inversiones de Volkswagen en Seat. Primero fue con la advertencia de que exigiría la devolución del Plan PIVE, algo de lo que se tuvo que retractar tras comprobar la normativa y que mereció las críticas del Comité de Empresa de Seat, entre otros: “Me gusta que tengamos un gobierno serio, sea del partido que sea, y que no diga ninguna gilipollez. El ministro Soria no se puede levantar y según lo que lee en la prensa hacer una declaración”, critica el presidente del Comité de Empresa de Seat, Matías Carnero. Según explica el representante sindical, el Plan PIVE se presentó con el objetivo de rejuvenecer la flota nacional de vehículos y así disminuir los niveles de dióxido de carbono; algo que los actuales coches del grupo alemán siguen cumpliendo ya que los motores trucados aumentan los niveles de óxido nitroso y no de CO2.

Horas después de entrevistar a Carnero, el ministro se retractó de esta opción y descartó pedir las ayudas medioambientales. Sin embargo, días después Soria volvió a patinar al reconocer que, después de un encuentro privado con la cúpula de Volkswagen, la multinacional aseguraba las inversiones en España a cambio de un nuevo paquete de ayudas. Sacar a la luz de manera unilateral esta información y sin los acuerdos en comunicación que se habían llevado anteriormente a cabo entre Gobierno y empresa complican de nuevo el futuro de las inversiones en territorio nacional y tensa la relación con la administración tras esta petición, casi de chantaje, que el grupo alemán pide tras el fraude realizado.

Todos con Seat
Pese a la afectación indiscutible que Seat está sufriendo y que puede afectar a su futuro, también al de su plantilla, la compañía española debe ser considerada víctima inocente de toda esta trama. En sus plantas, solo se ensamblan los coches con el motor fabricado y homologado desde Alemania, apto y probado para ser montado. En ningún momento se sospechó –confirma Carnero- la trama que se estaba dando en los pasillos del grupo alemán, que, por cierto, ha quedado aún más retratado tras hacerse público que su proveedor Bosch ya avisó a Volkswagen en 2007 de que se estaban manipulando los motores de manera ilegal.

Por ello, patronales, sindicatos y también la administración ha querido salir explícitamente en defensa de la compañía. “Des del Govern de la Generalitat estamos comprometidos y nos seguiremos comprometiendo para dar todo el apoyo a Seat y a la industria de la automoción en Cataluña”, dijo recientemente el conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig.

Por su parte, la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín, ciudad que décadas atrás acogió a gran parte de la plantilla y que permitió el crecimiento de Bellvitge, entre otras cuestiones, ofreció su solidaridad y apoyo públicamente a través de un comunicado y recientemente en su intervención en la Cambra de Barcelona: “Estamos preocupados por esta situación que puede afectar a puestos de trabajo de miles de personas en toda Europa y que pone en cuestión las inversiones previstas”. III

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