Entre las nacionalidades de los comerciantes extranjeros destaca, según un estudio de Mercabarna, la paquistaní. El 16% cuenta con más de un establecimiento y reconocen que compran producto fresco entre 2 y 3 días por semana
Juan tiene una tienda de alimentación que abrió el verano del 2007 en Sant Feliu de Llobregat. Llevaba mucho tiempo queriendo dejar la fábrica y una opción que barajaron su esposa y él fue montar este establecimiento. Su horario de apertura, en general, es de 9 a 21 de lunes a sábado. En su momento, se plantearon abrir también los domingos, pero hicieron cuentas y les salía más caro abrir que mantener la tienda cerrada.
En la misma localidad, Ghulam y Nazia, de Pakistán, abrieron una tienda de ultramarinos. Es un establecimiento mucho más pequeño que el de Juan, pero que permanece abierto de lunes a domingo de 9 a 22 horas. En esta tienda, las ventas principalmente se hacen entre las 20 y las 22 de la noche entre semana y las tarde-noches de los domingos. “Yo no tengo nada en contra de los badulaques, pero me da más confianza comprar en una tienda española que en una regentada por pakistanís. Eso sí, si me encuentro en un apuro y necesito pan o cualquier ingrediente fuera del horario comercial de mi tienda de confianza, pues compro en esos sitios y nunca me ha pasado nada”, explica Ana María, vecina de Sant Joan Despí.
“Pues a mí me da igual comprar en un sitio u otro. Yo, si necesito algo de comida voy a la tienda que está abierta. El mismo servicio dan los españoles que los extranjeros”, asevera Claudio, de Cornellà.
Mismas normas
Y lo cierto es que, a pesar de la creencia de algunos ciudadanos, los establecimientos regentados por inmigrantes, en su mayoría de nacionalidad china o pakistaní, siguen las mismas normas de higiene y de manipulación de alimentos que los españoles. “Yo creo que a nosotros nos controlan más porque desconfían más de nosotros. A mí me pueden hacer un control tres veces al mes y a una tienda española, una por año…”, explica Ghulam.
Según un estudio de Mercabarna sobre el canal de distribución alimentaria, el 52% de los autoservicios de alimentación están regentados por extranjeros, predominantemente de origen pakistaní.
Así mismo, el 40% de las fruterías de la zona metropolitana también estarían dirigidas por este colectivo. “Yo creo que el gobierno les da ayudas para mantener los negocios, porque si no, no me lo explico. Yo a penas saco para vivir dignamente con mi tienda y ellos, no es que vivan mejor o peor, que no lo sé, pero van abriendo más tiendas y eso es algo que yo no me puedo ni plantear. Yo invertí todos mis ahorros en esta tienda y ellos que se supone que vienen de países más pobres que España, ¿cómo se lo pueden permitir?”, cuestiona Juan. “Yo también he invertido todos mis ahorros en esta tienda y trabajo todo el día, en mi tienda trabaja toda la familia”, confiesa Ghulam.
El estudio, elaborado por la empresa Psyma y que se centra en la capital catalana y su ámbito metropolitano, permite conocer “de primera mano” la realidad de nuestro entorno inmediato, según ha explicado el director general de Mercabarna, Josep Tejedo: “Ante el aumento paulatino, desde hace más de 10 años de los compradores de origen extranjero en los diferentes mercados centrales de Mercabarna y el progresivo relevo del comerciante tradicional de alimentación situado en las calles de nuestros municipios por estos nuevos ciudadanos, hemos querido conocer cuáles son sus necesidades de compra y sus tendencias futuras”.
Perfiles
Si trasladamos estos porcentajes a una cantidad, existen, según el estudio, 2.600 establecimientos de alimentación minorista regentados por extranjeros en Barcelona y su área metropolitana, un 18,5% del total de comercios de esta tipología, que asciende, como explicamos en algunos tipos concretos, a porcentajes por encima de la mitad.
Por desgranar las cifras, los comerciantes extranjeros del sector optan, en un 61%, por pequeños autoservicios y tiendas de alimentación; mientras que el 24% prefiere abrir una frutería y un 10% una carnicería, la mayoría exclusivamente ‘Halal’ (conjunto de prácticas permitidas por la religión musulmana). Esta división es cada vez menos estricta y encontramos que en la mayoría de pequeños autoservicios hay fruta y hortalizas; mientras que también en las fruterías y carnicerías se introduce el producto envasado.
Entre otra de las cuestiones que destaca en el perfil de los comerciantes es que el 16% cuenta con más de un establecimiento; el 36% se declara especializado en productos de otros países y, según el estudio, compran producto fresco entre 2 y 3 veces a la semana. III