E l próximo 26 de junio volveremos a celebrar unas elecciones generales ante la incapacidad de alcanzar un acuerdo de gobierno en estos últimos meses.
En este sentido, creo que la ciudadanía sabrá valorar quién ha hecho un esfuerzo real por llegar a acuerdos y quién ha especulado con los tiempos y los sondeos electorales.
Pero más allá de analizar el pasado reciente, hemos de tomar estas elecciones como lo que son: una oportunidad para cambiar el futuro.
Ahora más que nunca el cambio es necesario. Un cambio en la manera de gobernar, que apueste realmente por la regeneración democrática. Un cambio en las políticas sociales, que garantice la defensa del estado del bienestar que tanto esfuerzo nos ha costado construir. Un cambio en la política económica, que ponga la economía al servicio de las personas respetando el medioambiente. Y ese cambio es posible.
En un congreso fragmentado entre cuatro grandes fuerzas y con presencia de formaciones soberanistas, cualquier posibilidad de cambio pasa forzosamente por el partido socialista. Por eso cuanto más fuerte sea nuestra presencia en el congreso más opciones habrá de un cambio real.
La polarización entre PP y Podemos a quien beneficia es al PP porque lo perpetúa en el poder. Por eso, si lo que queremos es pasar página al PP y construir un futuro sin Rajoy, votemos socialista.
Digamos sí al cambio. III