Leo, con cierta melancolía pero sin sorpresa, que el PSC de nuestra querida comarca del Baix Llobregat presenta una plataforma a favor de las aspiraciones de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE, y curiosamente, me viene a la cabeza una célebre carta del gran escritor francés Flaubert en la que, refiriéndose a la muerte de su amigo y también famoso escritor Théophile Gautier, escribió: “Murió de asco por la vida moderna, infectado por la modernidad y sus acontecimientos políticos.” Si el bueno de Flaubert contemplase el panorama del PSC del Baix, no sé yo qué barbaridad exclamaría.
Pues el socialismo de la comarca ha decidido sumergirse en la peor y más irracional de las modernidades, la del vacío ideológico, el maniqueísmo y la total falta de perspectiva al apoyar a un candidato que representa todo aquello de lo que el PSC, y el socialismo en general, debería huir. No se equivoquen, no siento mucho mayor afecto intelectual por Patxi López o Susana Díaz, pero es que lo de don Pedro es para nota…
La primera vez que se presentó como candidato a la presidencia del gobierno y tras un denodado y “voluntarioso” esfuerzo por hacerlo todo mal, consiguió los que entonces supusieron los peores resultados electorales del PSOE, pero, queridos lectores, ¿creen que esto le hizo dudar, o incluso plantearse la posibilidad de abandonar? ¡Por supuesto que no! En el fondo él se sabía capaz de hacerlo aún mucho peor, y lo demostró sin pudor ni dolor de conciencia en las segundas elecciones a las que se presentó. Pero claro, esto para nuestro gran Pedro sólo fueron menudencias sin importancia, así que decidió, con su inverosímil lógica, aferrarse al cargo, provocando una de las situaciones más bochornosas de la centenaria historia del partido.
Pero Sánchez es como aquel mítico Alcoyano de nuestra niñez, que a pesar de ir perdiendo diez a cero, pedía que el partido tuviera prórroga, e impasible el ademán, nuestro fornido líder se presenta a las primarias socialistas para volver a ser secretario general sin rastro de vergüenza torera ni capacidad de autocrítica alguna. Al fin y al cabo debe pensar que aún le quedan al PSOE muchos diputados que perder… Además el candidato se adorna, y quizá para adular al presuntamente entregado voto de los militantes del Baix, vuelve con la cantinela de que Cataluña es una nación y que España es una nación de naciones. Qué quieren que les diga, a mí este sonsonete me recuerda irremediablemente aquella consigna de vetusto tufo franquista que afirmaba que España era “crisol de razas y culturas”. Pero ya se sabe, cuando los “modernos” se ponen a inventar, casi siempre encuentran sus referencias en lo viejo y rancio.
Desde luego, últimamente, parece que los dirigentes del PSC no acaban de centrarse. Así, en el acto de presentación de esta plataforma pro Pedro Sánchez, Nuria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, afirmó que el candidato in pectore había tenido la “firmeza de defender sus convicciones frente a una abstención pasiva que dio el gobierno al Partido Popular.” Vaya, pues si la convicción política de Sánchez es su “profunda” tesis de que “no es no”, desde luego no sé para qué me he pasado tantos años estudiando filosofía política, visto así creo que el doctorado habría que reducirlo a una tarde lectiva y a través de twitter claro.
El filósofo Carl Schmitt afirmó que la política es el único destino. Quizá estuviera en lo cierto, pero en el caso de Pedro Sánchez su único destino debería ser el de la renuncia, y el olvido político. Por ello los socialistas de nuestra comarca, con Antoni Poveda, su primer secretario, a la cabeza, deberían reflexionar sobre sus actos y decisiones, pues están poniendo en peligro la subsistencia misma del PSC, y eso sería una lamentable pérdida para quienes anhelamos un progresismo civilizado, integrador y consecuente. III