El Baix empezó a ser metropolitano en 1992

Pero no solo fue la salida de Barcelona al mar, como siempre se ha dicho, sino que, además, representó su apertura y acercamiento a la entonces periférica zona metropolitana, entre ellos, los municipios del Baix Llobregat.

La mejora de la movilidad terrestre fue, sin duda, uno de los retos con la construcción de las dos Rondas principales de Barcelona, la del Litoral y la de Dalt, arterias principales de la ciudad todavía hoy. En el caso de la primera de ellas, con 4,5 kilómetros de longitud, se pretendía que no representara una fractura entre el mar y la ciudad condal como ya lo fue la anterior vía férrea del ramal Marina. La opción óptima iba a ser el soterramiento de la vía, pero su elevado coste –notable por la construcción de colectores de aguas pluviales con salida al mar- derivó en una alternativa intermedia.

Gemela a la Ronda Litoral se construyó la de Dalt, que recorre el perfil montañoso de Barcelona. Es una vía de circunvalación, igual que la del Litoral, que permite envolver Barcelona, además, con dos nudos viarios como son el Nudo de la Trinitat y el del Llobregat. En este sentido, se creó la llamada ‘Pata Sur’ que interconecta las vías rápidas de acceso a Barcelona a la altura del Baix Llobregat y L’Hospitalet, zona que cuenta todavía con algunos flecos pendientes como la misma C-245, que tendría que contar con la variante proyectada entonces para unir la A-2 y la C-32.

El acercamiento de Barcelona a la periferia no solo fue por carretera. Teniendo en cuenta el carácter internacional del evento, el Aeropuerto de El Prat modernizó y amplió la única terminal con la que contaba entonces (Terminal B) y construyeron dos nuevas a lado y lado, la actual Terminal A y C, lo que permitió aumentar notablemente los pasajeros para los Juegos Olímpicos.

El Baix Llobregat, subsede de Barcelona’92
Además de las infraestructuras, el territorio tuvo un papel activo en los Juegos aportando tres subsedes. A saber: el Estadio de Béisbol de Viladecans, de L’Hospitalet y el Canal Olímpic de Catalunya, en Castelldefels, para las disciplinas acuáticas.

El Estadio Municipal de Béisbol de Viladecans, que albergó la Copa Internacional y Copas de Europa, se estrenó en este deporte a nivel olímpico en el año 1992. Junto con el Campo Municipal de Béisbol de L’Hospitalet de Llobregat, del 26 de julio al 5 de agosto del año 1992, se celebraron los partidos de las Olimpiadas de Barcelona’92.

El Canal Olímpico de Cataluña fue, por su parte, la sede de las competiciones de Piragüismo. Una instalación de 43 hectáreas de superficie, de las cuales 15 corresponden a la lámina de agua, que se empezó a construir justo después de que Barcelona se proclamara sede olímpica en el año ’86.

Una de las características de las construcciones realizadas para los Juegos es que siguen vigente en la actualidad, algo que no siempre se ha repetido y que ha sido fuente de importantes críticas en otras ciudades.

Después de 25 años en la instalación del Canal Olímpico se realizan actividades lúdico-deportivas destinadas tanto a abonados como al público en general. Escuelas o centros de enseñanza, así como el deporte federado también acuden a este recinto para disfrutar de las actividades, además de realizar entrenamientos de competición. También se pueden alquilar embarcaciones como canoas, kayaks y barcas de paseo, bicicletas, patines en línea, coches de pedales y material de tiro con arco son otras opciones para practicar en esta instalación.

Se ha convertido, de hecho, en un centro de referencia de los deportes de agua y prueba de ellos es que volverá a ser sede para las pruebas deportivas de piragüismo, esta vez, para los Juegos Mediterráneos XVIII que se celebrarán el año que viene en Tarragona.

Por otro lado, los Campos Municipales de Béisbol de Viladecans y L’Hospitalet continúan como lo llevan haciendo más de tres décadas realizando partidos y competiciones, así como de entrenamientos. III