El Síndic de Greuges y Moncloa colaboraron para rebajar la tensión en el Palau

El Síndic de Greuges de Catalunya, Rafael Ribó, ha asegurado que recibió una llamada de la Moncloa expresando "preocupación" por la deriva que estaba cogiendo el caso de las presuntas humillaciones a hijos de guardias civiles en el instituto El Palau tras los hechos del 1 de octubre. Previamente, el síndic había enviado una carta al entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy, y al comandante en jefe de la Guardia Civil, Ángel Gozalbo, expresando este mismo sentimiento.

De hecho, ambos estamentos compartían su preocupación sobre la saturación de protagonismo del instituto El Palau, ha asegurado Ribó. De hecho, coincidían en que se tenía que dar una solución dentro de la comunidad educativa.

Uno de las reuniones convocadas para apaciguar los ánimos fue la de las familias afectadas con los secretarios de estado y el entonces delegado del gobierno español, Enric Millo, en la sede de la delegación, en la calle Mallorca. Ribó, además, pretendía celebrar una reunión en Moncloa, que no dio tiempo a llevar a cabo dado el cambio de gobierno tras la moción de censura presentada por el socialista Pedro Sánchez.

Por otra parte, Ribó ha explicado que se reunió con Gozalbo, con quien convino que era perentorio rebajar la tensión y buscar soluciones. Éste convenció a las familias para que se reunieran con el equipo del defensor del pueblo catalán, un encuentro que tuvo lugar en el cuartel de Sant Andreu de la Barca de la Guardia Civil y en el propio instituto, donde se encontraron con la dirección y algunos profesores.

Los centros educativos actuaron bien

Ribó comentó esta serie de acontecimientos con motivo de la presentación en sede parlamentaria del informe 'El pluralisme a les escoles de Catalunya com a garant del no-adoctrinament', donde defiende que el tratamiento que hicieron los centros educativos catalanes, salvo algunas excepciones puntuales, fue "correcto".

En esta línea, y en concreto en el caso del Palau, el síndic ha criticado que algunos medios de comunicación publicasen las fotografías de los profesores investigados por presuntas humillaciones a alumnos, lo que derivó en amenazas e insultos y unas pintadas en el instituto.