Está previsto que entre este mes y diciembre, la planta martorellense deje de fabricar 10.000 vehículos, lo que dejaría la producción final del año en 491.000.
Pese a esto, no se prevén medidas más duras, tal como han destacado fuentes sindicales. La planta cerrará la línea 1 de producción durante cuatro sábados de este mes, mientras que la 2 solo dos sábados. Por su parte, la línea 1 también dejará de funcionar durante dos domingos de septiembre en el turno de noche. En declaraciones a los medios, el presidente del comité de empresa, Matías Carnero, ha reconocido que la planta puede quedar afectada el año que viene por la falta de motores, aunque ha querido enviar un mensaje de tranquilidad a la plantilla, que considera que "no tiene nada que temer".
La falta de motores es consecuencia de las dificultades que tienen los fabricantes para adaptarse a la nueva normativa europea de homologación del consumo y las emisiones de todos los vehículos. Se trata de la Worldwive Harmonised Light Vehicle Test Procedure (WLTP), que endurece el proceso de fabricación.