Los restos del mamífero prehistórico hallados en Viladecans aguardan en un almacén. La Colla del Mamut apuesta por él como símbolo local, como el Pota Blava en El Prat. El Ayuntamiento deja la puerta abierta a acoger el Museu del Mamut en Cataluña.
Viladecans afila sus colmillos: el Mamut tiene que volver a la ciudad. El símbolo del municipio comenzó a tomar entidad a raíz de los restos hallados en el yacimiento de la Riera de Sant Llorenç en el año 2008, durante la construcción de una balsa de laminación. Cuando se halló el primer molar de este elefante prehistórico, las obras pararon de inmediato y se solicitó que acudiera el servicio arqueológico de la Generalitat que, junto a diferentes técnicos municipales, descubrieron además de restos de mamut –uno de los mejor conservados de toda España-, animales como ciervos o rinocerontes de diferentes periodos de la historia.
En 2009 se funda la entidad del Mamut de Viladecans, con el objetivo de promocionarlo como símbolo de ciudad. Durante 10 años, el consistorio y la sociedad civil han apostado por implicar a comerciantes y gran parte de los vecinos creando dos figuras: el Vilamamut y la Mamuteta. Estos dos mamíferos prehistóricos se han convertido en una de las principales atracciones de la Fiesta Mayor con actividades como la ‘Mamullada’. Una historia de éxito para un símbolo recién nacido en el municipio. Sin embargo, siendo el Mamut el animal con el que se identifican los viladecanenses, ¿dónde están sus restos?
Un nuevo museo para la ciudad
Ca n’Amat, el minúsculo museo que la Diputación de Barcelona concedió a Viladecans, es incapaz de albergar las piezas descubiertas en 2008. Tan solo alberga un colmillo de mamut que se encontró en otro lugar del municipio, junto a unas pocas piezas de estilo isabelino y modernista. Los restos se encuentran, según ha corroborado a El Llobregat el departament de Cultura, en el Servicio de Arqueología y Paleontología de la Generalitat de Catalunya, ubicado en Valldoreix (Vallès Occidental), a la espera de poder ser rescatados y expuestos en Viladecans.
“Las piezas ahora están en un almacén a la espera de ampliar el museo de Viladecans”, asevera Josep Mumany, presidente de la Colla del Mamut de Viladecans, ya que “los restos no caben en el edificio”. El impulsor del mamut como emblema de la ciudad del Delta remarca que a la larga “los restos volverán a Viladecans”, que es el lugar donde “deben estar”. En este sentido, el consistorio lleva prácticamente una década trabajando y reclamando que se lleve a cabo la ampliación del museo para que los restos salgan de las cajas de Valldoreix y conviertan a la ciudad del Mamut en un referente provincial y catalán museístico en torno a la idea de un nuevo equipamiento interactivo: ‘Mamutópolis’.
Así lo explica Gisela Navarro, segunda teniente de alcalde de Viladecans, que fue una de las encargadas en su momento de supervisar el yacimiento e incluso tuvo la ocasión de ver en primera persona los restos hallados. La edil socialista augura que los mamuts, rinocerontes y ciervos volverán algún día a Viladecans. “El Ayuntamiento tiene entre una de sus líneas de trabajo conseguir un lugar de referencia provincial, sumando el apoyo de diferentes administraciones, para acoger el verdadero Museo del Mamut de Cataluña”, afirma. Un proceso lento en el que las instituciones trabajan y que se espera que se concrete algo más durante el mandato.
En este sentido, el alcalde de la ciudad, Carles Ruiz, ha sido uno de los grandes impulsores de esta marca y de las reivindicaciones para el retorno de estas piezas arqueológicas. Ruiz, además, ha comenzado el mandato en la Diputación de Barcelona presidiendo el Área Económica de la institución provincial. Con ello, podría incluirse la creación de un museo con el apoyo de los próximos presupuestos de la Diputación. El alcalde, según ha explicado su equipo por problemas de agenda, no ha podido atender a El Llobregat para hablar sobre el mamut viladecanense, por lo que Navarro ha explicado que, aunque se puede producir un gran avance del proyecto durante los próximos años, esto es algo que “corresponde al alcalde y a la presidenta de la Diputación”.
La Colla del Mamut cumple 10 años
Más de una década sigue esperando el vecino más ilustre de Viladecans para volver a casa. Desde la Colla del Mamut, que acompaña a las dos figuras creadas alrededor de este animal, siguen apostando por una reivindicación de perfil bajo a favor de la creación de un museo, mientras potencian la figura del mamut entre sus ciudadanos. Todo comenzó en 2009. Mumany explica que llevaban tiempo buscando un símbolo para la Fiesta Mayor de Viladecans porque “a veces resultaba hasta aburrida”. De hecho, el presidente de la entidad remarca que “no había una identidad con la que todo el mundo se identificara”. Todo esto cambió cuando en el yacimiento cercano a Can Guardiola encontraron el paquidermo: “¡Han encontrado un mamut! Ya tenemos el símbolo para Viladecans”. Si El Prat tenía su Pota Blava, desde aquel momento Viladecns contó con su animal fetiche.
Desde ese momento, diferentes asociaciones de la ciudad se unieron para trabajar conjuntamente con el Ayuntamiento e hicieron la primera figura de este animal prehistórico: el Vilamamut. “Quisimos hacer una figura grande para que la gente, y sobre todo los niños, al verla se sorprendieran”, explica Mumany con entusiasmo por haber logrado crear la ‘Mamullada’, una celebración dentro de la Fiesta Mayor “única en Viladecans”.
Pero no todo era celebrar o mojarse. Tenían que implicar al comercio local. Así crearon la figura del ‘mamutaire d’honor’, con la que comenzaron a promocionar los tradicionales pañuelos amarillos con el mamut en negro. “Ponemos una insignia en el comercio para promocionar al mamut y siempre que podemos, especialmente en fiestas, pasamos por todos los comercios que nos apoyan y el Vilamamut y la Mamuteta les hacen una pequeña fiesta de agua enfrente”, explica el presidente de la entidad en referencia a estas figuras que se han integrado en la vida de Viladecans como si hubieran estado ahí toda la vida.
El mamut y la fábrica de chocolate
El último gran invento por el que la ciudad quiere que vuelva el mamut son unas galletas. En la Fiesta Mayor de este año se presentaron las galletas ‘Mamuts’, para reforzar así el sentimiento viladecanense a través de una gastronomía típica y única en el municipio, muy vinculada al dulce y el chocolate. Esto ha sido posible gracias a la cooperación de cinco pastelerías del municipio para crear esta exquisitez.
“Viladecans destaca por la cantidad de pastelerías de calidad que tiene”, insiste Navarro a la hora de explicar el porqué de las galletas. Según la segunda teniente de alcalde de la ciudad, lo que querían era “unir dos identidades”: el mamut y el chocolate. Esto se debe a que en la Zona Industrial Centre hay una fábrica de chocolate que impregna, en muchas ocasiones, gran parte de la ciudad con un olor a chocolate quemado. Aunque este aroma no es del agrado de todos los vecinos, la edil socialista sostiene que “los viladecanenses están muy acostumbrados a este olor” y, por ello, quisieron “unir el chocolate y el mamut”, creando paralelismos entre los diferentes aspectos que definen a Viladecans.
Animales antediluvianos hallados por sorpresa durante unas obras |
El hallazgo del mamut de Viladecans fue totalmente fortuito. El Ayuntamiento de Viladecans estaba realizando unos trabajos de construcción de una balsa de laminación de aguas subterráneas junto a la Riera de Sant Llorenç en los años 2006, 2007 y 2008. En este último período las obras tuvieron que parar al descubrirse lo que parecía ser un posible yacimiento arqueológico. Los técnicos municipales, junto a los servicios de arqueología y paleontología de la Generalitat de Catalunya, peinaron la zona y descubrieron restos de mamuts, rinocerontes y ciervos, además de otros materiales del pleistoceno, que fueron catalogados de inmediato como Inventario de la Generalitat.
Nadie sabía en lo que derivaría este hallazgo, pero convirtió a Viladecans en la ciudad del mamut de Cataluña, ya que habían dado con uno de los restos mejor conservados de España. Actualmente estas piezas se encuentran en buenas condiciones de conservación, según asegura el departament de Cultura, en el Servicio de Arqueología y Paleontología de la Generalitat de Catalunya en Valldoreix (Vallès Occidental).
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