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La cobertura de la autovía de Castelldefels: una utopía total de la plaza Cerdà al río Llobregat
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La cobertura de la autovía de Castelldefels: una utopía total de la plaza Cerdà al río Llobregat

La cobertura de la Granvia fue concebida como un tronco central deprimido para el tráfico con el Baix Llobregat y dos calzadas laterales. Se construirán dos rotondas en la calles Feixa Llarga y Mare de Déu de Bellvitge que mejoran la conectividad interna de la ciudad

El gran sueño de L’Hospitalet, cuando se comenzó a hablar del cubrimiento de la Granvia hace más de dos décadas, era convertir la autovía de Castelldefels (C-245) en una ronda cubierta entre la plaza de Cerdà y el río Llobregat. El vial se concibió como un tronco central deprimido (que asumiera el tráfico entre el Baix Llobregat y Barcelona) y dos calzadas laterales en cota cero para la circulación local.


La utopía -porque parecía irrealizable cuando se planteó- ya ha cubierto el tramo hasta la plaza Europa y ahora se va a iniciar la cobertura del segmento comprendido entre Bellvitge y el río, que tendrá unas características similares: tronco central subterráneo cubierto por losas de hormigón, calzadas laterales y pasos de uno a otro lado. ¿Pero qué pasa con el tramo que queda en medio? ¿El que discurre frente al denso y populoso barrio del Gornal?


La intención del consistorio era cubrir primero la Granvia entre la plaza Cerdà y la plaza de Europa (el tramo actualmente ejecutado) y en una segunda fase acometer la cobertura entre este punto hasta el río. Pero esta actuación “no podrá realizarse completamente porque todavía no se han cubierto las vías de Adif (las que separan los barrios de Bellvitge y Gornal)”, subraya el primer teniente de alcalde de L’Hospitalet, Fran Belver. Así que la C-245 seguirá salvando los raíles por un puente elevado. No obstante, cuando las vías desaparezcan este tramo también será soterrado

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Como el proyecto ferroviario lleva retraso, se replanteó la obra con la idea de que la cobertura comenzara tan cerca de la línea del tren como fuera posible para que la Granvia ya discurriera “completamente subterránea en la rambla de la Marina”, explica Belver. Pero esta opción se ha descartado por motivos técnicos y la cota cero estará en la ermita de Bellvitge.

Y es que todo el proyecto ejecutivo “es mucho complejo que el de la plaza Europa”, sostiene el edil. Las obras tienen “la dificultad añadida de que no se puede desviar el tráfico de vehículos de forma sencilla (se requerirán operativos muy parcializados) porque en el lado mar están las vías y en el lado montaña está el barrio de Bellvitge”, razona Belver. “No se puede meter la maquinaria y ya”, lamenta el primer teniente de alcalde.
La cobertura del segundo tramo de la Granvia traerá mejoras viarias en las conexiones internas de L’Hospitalet y también de los accesos de la ciudad a las rondas. Así, se construirá una rotonda en la calle de la Feixa Llarga (frente al hospital) y otra en el enlace con la calle de la Mare de Déu de Bellvitge. También se suprimirán los actuales enlaces a la B-10 y la B-20 y “se ganará edificabilidad” en los terrenos que sean liberados, concluye Fran Belver.

Sin vías entre barrios
Adif acaba de licitar la redacción del proyecto de cobertura de seis kilómetros de vías de tren que atraviesan L'Hospitalet del Gornal a La Torrassa, lo que permitirá unir físicamente barrios que actualmente viven de espaldas y están conectados por puentes o pasarelas sobre los raíles. Esta megalítica obra permitirá la construcción del esperado intercambiador de La Torrassa (que conectará las líneas R2 y R4 de Rodalies con las líneas L1 y L9 del metro) y funcionará como la auténtica estación central de L'Hospitalet. Además, la operación liberará 120.000 metros cuadrados urbanizables en el corazón de la urbe.
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