La nave lateral del antiguo complejo industrial protegido de Can Trinxet, en el barrio de Santa Eulalia de L’Hospitalet está a punto de cambiar radicalmente. Las obras de adecuación como equipamiento ciudadano del recinto avanzan a buen ritmo y ya encaran su recta final, con el horizonte puesto en este mismo final de mes. Los trabajos de reforma, sufragados por el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), han supuesto una inversión de 424.397 euros.
La alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín (PSC), ha visitado este martes las obras, acompañada por los concejales de Espacio Público, Vivienda, Urbanismo y Sostenibilidad, Cristian Alcázar, y de Educación, Innovación y Cultura, David Quirós. La vieja fábrica de Can Trixet está catalogada dentro del Plan Especial de Protección del Patrimonio Arquitectónico (PEPPA) de la ciudad.
Cuando finalicen las obras, que comenzaron el pasado mes de marzo, la nave lateral (de 724 metros cuadrados) se convertirá en un equipamiento de carácter social y cultural, que tendrá una capacidad para 500 personas. En los próximos años está previsto que prosigan los trabajos de recuperación y adecuación del resto de la factoría, que también se dedicará a equipamientos.
Espacio accesible y habitable
Las obras han permitido hacer el espacio accesible y habitable, dotado de red de saneamiento, suministro de agua, instalación eléctrica, ventilación mecánica, sistema contraincendios y medidas de seguridad, que garanticen su uso ciudadano. Además, se han podido recuperar parte de las ventanas originales.
Can Trinxet es un conjunto arquitectónico construido entre 1905 y 1916 por encargo del empresario Avel·lí Trinxet i Casas. La fábrica producía alambradas y tejidos diversos, desde sábanas hasta el conocido como terciopelo del tramviaire, la pana de color tostado de los uniformes de los trabajadores de la Compañía de Tranvías de Barcelona.
Del antiguo conjunto industrial, solo se conserva el edificio que corresponde con el conocido como Can Graso, obra del arquitecto Modesto Feudo, con las naves central y lateral, la chimenea, la entrada principal y parte del muro de cierre. Se trata de una arquitectura modernista, de ladrillo visto, con elementos de inspiración medieval y mudéjar.
El 45% de los obreros de la ciudad
En los años 20 del siglo XX, la fábrica textil Can Trinxet despuntó como un auténtico gigante industrial, convirtiéndose en la empresa más importante de la ciudad, en la que trabajaban más de un millar de mujeres y unos setenta hombres, el 45% de los obreros de la ciudad. A lo largo de los años posteriores, la fábrica pasó por diferentes etapas, hasta que cerró definitivamente en 1982. Posteriormente, el complejo fue adquirido por el Ayuntamiento de L’Hospitalet.
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