Se dispara la presión en el Gasòmetre de L'Hospitalet por las posibles molestias que podrían provocar el equipamiento

A veces el fin puede justificar los medios, pero ¿a cualquier coste? Esta es la pregunta que se hacen algunos vecinos del barrio de Santa Eulàlia, en L’Hospitalet, como consecuencia de la próxima construcción del nuevo polideportivo del barrio en el solar del viejo Gasòmetre. Con el Plan General Metropolitano (PGM), que se reguló en 2006, en la mano desde el Ayuntamiento de L’Hospitalet se hizo una previsión de diversas edificaciones e instalaciones para todo el barrio, especialmente en el solar del Gasòmetre y sus alrededores. Pero lo que en un principio era celebración vecinal muta en conflicto vecinal cuando el año pasado los planos del proyecto del polideportivo muestran un equipamiento mucho más grande de lo esperado, lo que afecta directamente a las viviendas más cercanas.

La historia arranca en noviembre de 2019, cuando el consistorio hace una consulta no vinculante a los vecinos del barrio de Santa Eulàlia para decidir la ubicación del nuevo polideportivo. En este referéndum se proponen dos opciones: construir el equipamiento deportivo en el actual parque de La Alhambra o en el solar vacío del Gasòmetre. Según la Plataforma de Vecinas del Gasòmetre (PVG), sólo respondió a la consulta un 10% de la población del barrio y en ningún momento se dio información a los residentes en la zona de las repercusiones que el proyecto podría acarrear.

Las elecciones a polideportivo las ganó de calle el solar del Gasòmetre, porque aunaba que se mantuviera la protección de un parque muy querido por los vecinos y que a la vez viera por fin la luz el polideportivo, una de las reivindicaciones más reclamadas por los habitantes del distrito III de L’Hospitalet.

Josep Rainer, portavoz de la PVG, relata que el problema “no es el polideportivo en sí, sino las dimensiones de este”. Los planes actuales prevén la construcción de un edificio de más de 16 metros de altura que incluirá dos piscinas, saunas, salas de fitness y un pabellón con cinco pistas de básquet. Según Rainer, “no hay espacio suficiente en la parcela y esta construcción no dejará espacios para el resto de los edificios”. En consecuencia, los bajos y los primeros pisos de los bloques colindantes se quedarán sin luz solar y será imposible respetar la distancia mínima de 15 metros entre la instalación y los edificios de viviendas, advierten los vecinos afectados.

La plataforma PVG agrupa a los residentes en los edificios más cercanos a un solar cuya urbanización se planificó en 2006. Por lo tanto, todo el vecindario era conscientes de que, tarde o temprano el ansiado polideportivo acabaría aterrizando en el Gasòmetre, Pero no de esta forma. La entidad ha iniciado una campaña de recogida de firmas para presentarla ante el Síndic de Greuges y airean sus quejas desde una página web Rainer lamenta que el consistorio local se ha limitado a contestarles que “es lo que hay” y que la Asociación de Vecinos de Santa Eulàlia se ha posicionado a favor del proyecto. “Somos pocos afectados y se debe respetar el resultado de la consulta”, asume el portavoz. Aún así, la plataforma está pendiente de reunirse de nuevo con la AAVV para redefinir la situación.

Fuentes municipales han asegurado que “oficialmente, no hay quejas” y, por ende, ningún interlocutor municipal “ha podido hablar con los afectados”. Según el consistorio, se está a la espera de que la PVG solicite una reunión donde “se aborde directamente el problema”. Esta postura dialogante del ayuntamiento abre una puerta a la esperanzas para los vecinos del Gasòmetre, que buscan un punto medio: que el polideportivo (funcional y moderno) se construya en el solar, pero con unas dimensiones más acordes con la zona. III