La mitad del personal asistencial de primera línea sufre depresión, ansiedad, ataques de pánico, transtorno de estrés postraumático y abuso de sustancuias. Un 5,5% de los profesionales presenta ideas suicidas activas como deseo de morirse o pensamientos de quererse quitar la vida.
Batallar en las trincheras contra el covid-19 supone un doble riesgo para el personal sanitario del Baix Llobregat y L’Hospitalet.El combate contra el coronavirus expone a los profesionales directamente al contagio pese a que tomen todas las medidas de seguridad necesarias. Pero si salvan este primer escollo, todavía les queda una segunda amenaza: las enfermedades mentales, un problema que ya afecta a casi la mitad de los profesionales de la salud y contra el que el Parc Sanitari Sant Joan de Déu de Sant Boi (PSSJD) está definiendo un nuevo protocolo preventivo.
Los últimos estudios arrojan unos preocupantes resultados. Los dos informes Mindcovid, liderados por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental de España (CIBERSAM), y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública español (CIBERESP), concluyen que “casi la mitad de los profesionales sanitarios del Estado (45,7%) ha presentado un riesgo alto de trastorno mental” durante la primera oleada. Los síntomas lo evidencian: depresión, ansiedad, ataques de pánico, trastorno de estrés postraumático y abuso de sustancias. “Es una incidencia mucho más alta que la esperada”, destaca el doctor Jordi Alonso,codirector científico del CIBERESP.
Y es que las cifras asustan. Uno de cada siete profesionales (14,5%), presenta un trastorno mental “con repercusiones negativas claras en su vida profesional y social”, avanza el informe. Por patologías, el 28,1% presenta depresión, el 22,5% trastorno por ansiedad, casi uno de cada cuatro (25%), pánico, el 22,2% estrés postraumático y algo más del 6%, abuso de sustancias. “Haber presentado un trastorno mental antes de la pandemia dobla el riesgo de volver a sufrirlo a consecuencia del covid-19”, advierte el estudio.
“Los resultados preocupan. Se ha atendido a muchos sanitarios con estrés agudo, agotamiento y ansiedad. Especialmente, aquellos que ya habían experimentado antes problemas de salud mental”, asegura Víctor Pérez, director del Instituto de Neuropsiquiatria y Adicciones del Hospital de Mar e investigador del CIBERSAM.
Quién más ha sufrido las consecuencias es el personal de enfermería en especial las auxiliares (con un 75% de riesgo alto de trastorno mental). Aunque lo más alarmante detectado por el estudio Mincovid es que un 3,5% de los luchadores de la primera línea contra el coronavirus presentan ideación suicida activa (es decir, experimentan deseos de morirse y pensamientos persistentes de quererse matar) lo que contrasta con la media del 0,7-0,9% de la población antes de la pandemia. Un 0,1% de los sanitarios ha intentado suicidarse.
| Otro trabajo o prejubilación |
| El Informe Galatea, revela “un empeoramiento muy importante” del estado de salud del personal sanitario del que no se había recuperado cuando amainaron los primeros envites del SARS CoV-2, lo que en la práctica ha supuesto que han afrontado las posteriores oleadas “sin haberse recuperado de la primera”. El covid-19 ha hecho mella: un 15% de los profesionales se ha planteado avanzar su jubilación y un 30% ha pensado abandonar la profesión, aunque no lo ha hecho. Los porcentajes se disparan al alza entre las enfermeras (un 21,6% anticiparía su jubilación y un 35,9% fantasea con dejar el trabajo). |
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