El ayuntamiento de la localidad ha puesto en marcha la prueba piloto de un grupo de apoyo psicológico dirigido a sanitarios, cuidadores, personas mayores y discapacitados que podría aplicarse en toda la ciudad.
La música no solo amansa a las fieras, también puede ayudar a aliviar las secuelas psicológicas que está dejando la pandemia del covid-19. Con esta premisa, el Ayuntamiento de Sant Andreu de la Barca ha puesto en marcha una prueba piloto basada en sesiones de musicoterapia con la que se quiere dar apoyo a los colectivos más castigados por el coronavirus: trabajadores sanitarios, cuidadores, personas mayores y discapacitados. Si el ensayo funciona, se podría hacer extensivo a toda la población.
Las sesiones de musicoterapia se desarrollan en las instalaciones de la Escuela Municipal de Música y Danza y están dirigidas por dos psicólogos especialistas. La finalidad del servicio está clara. “Aprovechar los efectos terapéuticos de la música en las personas”, han explicado fuentes municipales. La música es uno de los estímulos que implican más regiones del cerebro al mismo tiempo, como por ejemplo la que controla el movimiento, el ritmo, el habla o la memoria.
Las sesiones musicales de apoyo psicológico se están siendo diseñadas por los especialistas en función de la situación de cada grupo de personas tratadas y giran en torno a un protocolo de estímulos con unos objetivos terapéuticos, que también se van adecuando en función de su desarrollo.
Exteriorizar sentimientos
Otro de los objetivos de las sesiones de la prueba piloto es ayudar a los más afectados por la pandemia “a expresar y exteriorizar los sentimientos y sensaciones que han padecido como consecuencia de la pandemia, como por ejemplo la ansiedad, el miedo o la incertidumbre”, han indicado las mismas fuentes.
Si (
No(
