Antes de que comenzasen las proyecciones, el largometraje dirigido por Jon Watts se había convertido en la película de la historia que más dinero había recaudado con la venta anticipada de entradas. Solamente en nuestro país, durante las primeras veinticuatro horas, se vendieron 130.000 boletos. Así que, a estas alturas, no creo arriesgar mucho si afirmo que la mayoría de los lectores de El Llobregat se habrán sentado a comer palomitas y disfrutar de la última aventura del Trepamuros.
Como suele suceder, el lanzamiento de la película de un superhéroe inunda nuestras librerías de novedades y reediciones del protagonista. Aunque con un icono global y transmedia como Spiderman no se nota tanto, ya que tenemos las tiendas llenas de tebeos, camisetas, mochilas y juguetes del Hombre Araña los 365 del año, desde al menos hace un par de décadas. Sin embargo, Spiderman: No Way Home nos ha traído la afortunada reimpresión de una de las joyas de la bibliografía arácnida, que suele pasar inadvertida, eclipsada por las publicaciones más recientes o por las imprescindibles La última cacería de Kraven o Entre los muertos.
El cómic que quiero recomendar este mes a quienes hayan disfrutado de la película es El niño que llevas dentro. A principios de los noventa, el guionista J.M. DeMatteis y el ilustrador Sal Buscema narraron una cruda historia en la que Spiderman se veía impelido a explorar los traumas de infancia de su mejor amigo, Harry Osborn, a la postre, hijo de su más terrible enemigo, El Duende Verde. Aunque no rehúye el tono superheroico, esta novela gráfica es una más de las muestras con las que DeMatteis se ha empeñado en demostrarnos que esos libros repletos de viñetas con colores vivos pueden narrar historias de gran calado emocional y filosófico. Temas tan complejos como las fobias, los problemas de autoestima o incluso el maltrato y el abuso de menores emergen en El niño que llevas dentro.
El cómic tiene además una historia editorial curiosa. Por lo general, Spiderman nunca ha tenido un tono tan áspero. Y eso es porque, antes de que Marvel le realizase el encargo, J.M. DeMatteis había concebido este argumento para un personaje de la competencia: Batman. Sin embargo, DC prefirió no publicar una historia con un fondo tan doloroso. En cambio, el editor Danny Fingeroth dio luz verde al proyecto, y lo que podía haber sido una más de las sombrías aventuras de Batman se convirtió en uno de los tebeos más interesantes de Spiderman. Os animo a que la descubráis.
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