El anuncio de la Generalitat de Cataluña de que planea duplicar el espacio que ocupan las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) del Delta del Llobregat y a la vez modificar el Plan Especial del Parc Agrari del Baix no para de acumular detractores. A los payeses, que han puesto el grito en el cielo en cuando se ha hecho público el mapa de la futurible ampliación de las zonas protegidas, se ha sumado este lunes AEBALL, la principal asociación empresarial del Baix Llobregat y L’Hospitalet. El motivo: que el proyecto puede ser catastrófico para la economía local e incompatible con las inversiones que necesita el territorio.
La patronal del Baix Llobregat y L’Hospitalet se ha mostrado contundente con la propuesta: “Supone un grave perjuicio para el Baix Llobregat y para Catalunya, paraliza las infraestructuras ferroviarias y viarias, así como la ampliación del aeropuerto”. Según AEBALL, las zonas ZEPA son “incompatible con cualquier actividad económica mínimamente tecnificada debido a las restricciones que impone, sin que estas tengan un impacto necesariamente negativo sobre la conservación ambiental, e implica renunciar a las inversiones en infraestructuras estratégicas y básicas para el desarrollo económico y social”.
Los empresarios locales creen que la iniciativa “hipoteca el futuro” no solo de la comarca sino también de la comunicad autónoma porque “impide que se puedan llevar a cabo infraestructuras como la conexión del Corredor Mediterráneo con la terminal del puerto, la ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona El-Prat, los nuevos accesos al puerto, o la recientemente licitada Línea R3 de Cercanías en el Baix Llobregat (el llamada metro del Delta)”.
Deterioro de los principales sectores
Según AEBALL, de ejecutarse el plan de ampliación de las zonas naturales “los principales sectores económicos (agricultura, industria, servicios y turismo) sufrirán un deterioro en su actividad y se impedirá su desarrollo”. Eso sin olvidar el daño que provocarán directamente en los servicios que prestan dos infraestructuras “básicas para la sostenibilidad económica y empresarial del territorio y de Cataluña” como el aeropuerto de El Prat y el Port de Barcelona.
Los empresarios del Baix y L’Hospitalet han incidido en que la propuesta no solo palaliza la ampliación del a tercera pista pratense y la construcción de una terminal satélite para vuelos intercontinentales, sino que “también impide el desarrollo de la propuesta alternativa defendida por las organizaciones contrarias al mismo, que consistía en una conexión mediante el AVE de los aeropuertos de Reus y Girona”.
Fulmina el metro del Delta
La multiplicación de las zonas ZEPA también frustraría “la conversión del Port de Barcelona en un nodo del Corredor Mediterráneo”, porque bloquea la apertura de los nuevos accesos previstos, gracias a los nuevos accesos previstos al mismo. También lastra, según las mismas fuentes, todas “las inversiones en conexiones ferroviarias previstas, como la de la nueva línea de Rodalies (R3) (que uniría Castelldefels y Barcelona, pasando por Viladecans, Gavà, Sant Boi y Cornellà), así como cualquier otra inversión futura en infraestructuras en la misma zona”.
En consecuencia, Asociación Empresarial de L’Hospitalet y el Baix Llobregat (que representa más de 3.700 empresas y 51.000 puestos de trabajo) ha hecho público un manifiesto en el que reitera “rotundamente” su rechazo a la iniciativa del Govern “por ser incompatible con infraestructuras imprescindibles para el futuro del Baix Llobregat y de Cataluña y. en consecuencia, con el desarrollo de la actividad empresarial, la ocupación, la riqueza y la calidad de vida del territorio”, subraya el documento.
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