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“Con frentismo y extremismo político nunca se va a ampliar el aeropuerto”
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“Con frentismo y extremismo político nunca se va a ampliar el aeropuerto”

jueves 30 de junio de 2022, 09:41h

Gran conocedor de L’Hospitalet, del Baix Llorbegat y de su entramado económico y empresarial, Cañete atisba un futuro próspero para el territorio que se cimienta sobre su envidiable ubicación estratégica, sus infraestructuras vitales -puerto y aeropuerto- y su dinamismo, siempre y cuando se aprovechen las múltiples oportunidades que se abren y no se deje escapar el tren de la tecnología, la invocación y la formación. Todo ello, a pesar de la inflación y la ralentización del crecimiento económico.


Todavía no hemos salido de una pandemia y ya estamos metidos en un nuevo trasiego económico como consecuencia del alza en los precios, la caída del consumo y, de postre, la guerra en Ucrania… ¿Están las pequeñas y medianas empresas del Baix Llobregat y L’Hospitalet y los autónomos en condiciones de aguantar un nuevo sobresalto?
El Baix Llobregat y L’Hospitalet han tenido y tienen un peso muy importante en el ámbito industrial. Pero no podemos obviar que Cataluña ha perdido 14.000 empresas en lo que va de siglo y se han destruido prácticamente 200.000 puestos de trabajo. Y el Baix, evidentemente se ha resentido, porque es uno de los territorios donde la crisis ha impactado más. Pero puede hacerse una lectura positiva de cómo está la situación actual.

¿Positiva?
Sí. Es cierto que se han perdido empresas numéricamente, pero resulta que gracias a todos los cambios de la industria 4.0 y la transformación digital, la competitividad en el sector industrial está mejorando y el peso del Baix en el Producto Interior Bruto (PIB) catalán está aumentando. Hay menos compañías y menos trabajadores, es cierto, pero las empresas están incorporando tecnologías que han conseguido que se mantenga estable el peso de la comarca en el PIB.

Entonces, no estamos tan mal...
Con una salvedad. Es muy importante que el tema industrial sea una prioridad. Porque la crisis del covid-19 ha demostrado que los territorios con industria son más ricos y más resilientes. Un puesto de trabajo en la industria genera un valor añadido de 86.000 euros mientras que un puesto de trabajo en el sector servicios genera. solo 60.000 euros. Hay que continuar apostando por la nueva industria trasformadora porque el Baix reúne condiciones para seguir con el liderazgo industrial, Venimos de una situación económica mala pero ahí están el potencial del aeropuerto y el puerto, la excelente ubicación geoestratégica a la entrada de Barcelona y el importante parque empresarial y logístico. Todos estos elementos funcionan como grandes atractivos para montar una empresa. y más si tus proveedores ya están aquí.

No da la sensación de que corran buenos tiempos para la industria pese a estos alicientes. Nissan se ha ido de Zona Franca, por ejemplo.
A nivel mundial se están produciendo cambios muy importantes. Parecen amenazas, pero si se saben leer se pueden convertir en oportunidades. Se está produciendo una relocalización de las empresas, se está volviendo a mirar hacia el territorio, en clave local. Se ha demostrado que no puedes tener proveedores a 4.000 kilómetros de distancia cuando compruebas lo que pasa si se rompe la cadena de abastecimiento o cuando, directamente, no tienes mascarillas ni fabricas chips. Y te quedas sin ellos. Están volviendo empresas que se habían marchado fuera por economías de escala o por decisiones de multinacionales que se han demostrado incorrectas.

¿Aprovechar la oportunidad significa relocalizar empresas que se han ido?
Sí. Hemos vivido una destrucción de industrias en el territorio y eso ha tenido consecuencias. Pero es reversible. Volvamos a apostar, volvamos a creer en la industria y hagamos los cambios necesarios para convertir algo tan grave como el desabastecimiento en una oportunidad. Y ahí es donde entra en juego la relocalización. Volver a confiar en el territorio, que es donde una empresa se mantiene más resiliente en situaciones de crisis global. Y, en todo esto, también juega un papel vital la ayuda de las administraciones.

Da la sensación de que está ocurriendo al revés, que se están perdiendo oportunidades. Como la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat. ¿Es necesaria o no?
Si queremos que El Prat tenga la máxima conectividad y la máxima competitividad debe funcionar como un hub de conexiones intercontinental. Es un atractivo increíble para las empresas que necesitan vuelos directos a América o Asia y buscan un emplazamiento en el sur de Europa. Si perdemos conexiones, perdemos empresas.

Se ha optado por perder...
No es tan sencillo. Ampliar el aeropuerto genera problemas: de ruidos, de ocupación de espacio, medioambientales… Pero estos problemas deben entenderse y tratar de solucionarse. Lo que no puede ser que es que los intereses de las minorías condicionen el interés general. Hay que retomar el diálogo y el consenso porque de lo contrario sí que se va a perder una gran oportunidad.

¿Aún hay posibilidades de retomar el rumbo?
Hay que volver a poner la pelota en juego y recuperar el consenso, huyendo de populismos. No debemos utilizar una cuestión tan importante y estratégica como para hacer políticas extremistas y de frentismo, o nunca se va a ampliar el aeriopuerto. El frentismo solo nos conduce a que no haya acuerdo, como ya se ha visto. Lo que se ha hecho con la ampliación del aeropuerto es el ejemplo de lo que nunca se tiene que hacer. Una cuestión que tenía que haber acabado en solución, ha devenido en ruptura. Pero me niego a aceptar que se ha perdido el hub.

¿Y qué se debe o puede hacer ahora?
Jugar la partida de forma diferente. Empezar de verdad desde cero, sin exigencias de salida que imposibiliten el diálogo y el consenso. La única solución para que El Prat sea un ‘hub’ intercontinental no es construir una pista por encima de la Ricarda. Hay más alternativas. Pero hay que poner toda la información sobre la mesa y tomar decisiones económicas, no decisiones políticas, porque es justo lo contrario de lo que se necesita.

El futuro de la automoción está en el vehículo eléctrico pero la planta de baterías de Volks-wagen se va a Sagunto, no se queda en Seat. ¿Otra oportunidad estratégica perdida?
No. Hubiera sido bueno que se construyera aquí por la inversión y por los puestos de trabajo que se van a crear, pero en la automoción eléctrica no es algo de todo o nada, No todo son las baterías. Hay otros componentes. Lo importante es innovar, que ayudemos a los proveedores a adaptarse a la nueva realidad, con tecnología y con formación y que sea Seat quien lidere este proceso de transformación. Es más importante ahora mismo que funcione el centro fomativo de Seat y que se apueste por el conocimiento, porque lo que sí es trascendente en esta nueva etapa es tener al personal formado y preparado.

¿Puede el Baix Llobregat liderar el sector de la automoción eléctrica del futuro?
Sí. El Baix tiene una situación geoestratégica perfecta, con el puerto y el aeropuerto. Y sus polígonos industriales son de los mejor dotados de infraestructuras. Cuando cerró Nissan se perdieron 3.000 puestos de trabajo directos pero otros 15.000 de pymes y de autónomos. La foto actual son pymes que proveen de servicios a los grandes fabricantes que prefieren subcontrata. Por eso, disponer de una buena pyme, innovadora bien formada y con capacidad de respuesta es básico a la hora de liderar un sector y aquí hay un gran tejido de empresas de componentes para automoción. Si sabemos aprovechar las palancas de las que se dispone, hay mucho ganado, .

¿Están las empresas preparadas para la agenda urbana 2030 y el cambio climático?
Hay mucho trabajo por hacer en transición energética, porque la comarca no dispone de espacios para grandes plantas fotovoltaicas o eólicas. Pero se puede trabajar la movilidad y hacerla más ordenada y sostenible, Y ejecutar las infraestructuras pendientes, como la B-40.

¿Es Madrid el modelo a seguir?
El presidente de PIMEC, Antoni Cañete, no se anda con rodeos: “Todo lo que sea dar ventajas competitivas a una empresa para que invierta y genere riqueza y puestos de trabajo es un incentivo. Las empresas eligen las ubicaciones por las ventajas que encuentran y toman decisiones en función de los costes. Hay empresas que se están instalando en Aragón porque las licencias tardan la mitad que en Lleida o en Madrid porque tiene una mejor fiscalidad. Hay que hacer reformas, porque si aquí se paga más impuesto de transmisiones o de patrimonio, las empresas buscarán otro sitio. La decisión de elegir un sitio es por motivos económicos, no políticos. La política condiciona y la economía es miedosa y no le gustan las incertidumbres. Es como cuando te compras un piso. Al finar eliges el mejor ubicado y al mejor precio, el que tiene una habitación más o al quele da el sol. Y si resulta que en el pueblo de al lado el mismo piso con el doble de metros cuesta la mitad, pues te vas”.
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