La tarjeta multiviajes T- verde metropolitana (la que da acceso al transporte público gratuito durante tres años a cambio del achatarramiento de un coche particular contaminante) tiene beneficiosos efectos secundarios para el medio ambiente: disuade de la compra de un nuevo vehículo para uso privado. Según una encuesta realizada por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), el 72,3% de las de personas que tienen el título de transporte activo creen que “no adquirirán un nuevo vehículo” cuando la tarjeta expire al cabo de tres años. Además, el 76% de los usuarios a los que ya les ha caducado la tarjeta asegura que “sigue utilizando el transporte público de forma mayoritaria”, según el estudio.
Según el AMB, el informe “constata el éxito de este título de transporte” durante sus tres primeros años en funcionamiento vida” y apunta a que se está alcanzando “el objetivo de facilitar el cambio de hábitos entre los ciudadanos en sus desplazamientos en el ámbito de la Zona de Bajas Emisiones [ZBE] ZBE Rondes BCN” y de dirigir a Barcelona “hacia una movilidad más sostenible”, al ofrecer alternativas atractivas al uso del vehículo privado.
La encuesta también revela que el 56% de los beneficiarios del título de transporte (prácticamente unas 8.000 personas) utilizan el transporte público “más a menudo que antes de disponer de la T- verde”. De hecho, el uso diario o casi diario del transporte público entre los usuarios que tienen la tarjeta ha pasado del 50,3% al 67,1%.
Elevado grado de satisfacción
En cuanto al grado de satisfacción de las personas beneficiarias del título, el 86% declaran estar “muy o bastante satisfechas” con la tarjeta, que permitie el uso sin limitaciones de metro, Renfe, tranvía o autobús. Hasta el momento, se han concedido 14.000 T-verde. El perfil de su titular es el de una persona de más de 40 años, con estudios superiores, que vive en el ámbito de la ZBE, principalmente en la ciudad de Barcelona, y que no dispone de ningún otro coche en el hogar.
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