En octubre de 2019 se informó que el obispado había vendido el Centro Cultural a un particular y ya no seguiría funcionando como equipación cultural.
Este Centro fue legado al obispado por Àngela Roca con la condición de que siempre estuviera al servicio de actividades culturales y sociales, como Can Sellarés. A lo largo del tiempo, ha tenido varios usos, como escuela, pero principalmente ha funcionado como sede de muchas entidades de Gavà debido a sus numerosas salas, patio exterior, teatro y bar.
Desde ERC-Gavà resaltaron la importancia de la equipación que se perdió, a pesar de su deterioro. Si hubiera habido voluntad política, podría haberse convertido en el Ateneo Popular que necesitan las entidades de Gavà y otras que aún estaban involucradas y perdieron el espacio donde desarrollaban sus actividades.
En el municipio no existe un equipamiento que cumpla la función de Ateneo Popular, es decir, un lugar donde las entidades y asociaciones de la zona puedan encontrarse y establecer una colaboración habitual. Todo esto sin olvidar que, en general, faltan espacios para las entidades locales, independientemente de que, además, falte un espacio común, como se ha expuesto en varias ocasiones.
Un edificio con valor histórico
Desde ERC-Gavà se alegran de que el Centro Cultural (que todavía seguía siendo propiedad del obispado) haya sido adquirido por el ayuntamiento y ahora sea patrimonio de la ciudadanía. Esto es importante tanto por su valor histórico como por la oportunidad que brinda para la actividad social, cultural y asociativa de Gavà.
La compra del edificio es el primer paso. Ahora hay que formular cuál es el futuro de este espacio, más allá de su necesaria rehabilitación y adecuación, y por eso, desde ERC-Gavà consideran que hace falta que el futuro de este espacio se haga de manera consensuada con la ciudadanía, especialmente con las entidades que son, en definitiva, las que convertirán un edificio vacío en un espacio vivo y dinamizador de la vida cultural y asociativa de Gavà.
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