Una sociedad educada en el buen uso de las TICs

Las revoluciones industriales del siglo XIX han supuesto un punto de inflexión a la hora de entender y comprender el modelo de sociedad que actualmente conocemos y en la que vivimos.

La transformación tecnológica en la vida social, ha supuesto un enorme avance en los sistemas de adquisición de información tanto a nivel profesional como personal,

¿Quién se hubiese imaginado hace 30 años, por ejemplo, que podríamos estar viendo una película sentados en el autobús de camino al trabajo? ¿O quién podría haber pensado entonces que estaríamos escuchando música con nuestro móvil en medio de la calle? De ese modo, la realidad ha superado la ficción de esas clásicas películas futuristas, y hoy en día las nuevas tecnologías ya están presentes en gran parte de la vida cotidiana, hasta el punto que la industria ha tenido que adaptarse al nuevo paradigma social donde la transformación digital y los avances tecnológicos son los ejes principales de sus propias estrategias. Debido a la novedad de estas tecnologías y la prácticamente interiorización de las redes sociales y las nuevas tecnologías en nuestras vidas, sobre todo en los más jóvenes, nos aboca, como sociedad, a abrir un debate acerca de las ventajas y los riesgos que este tipo de herramientas conllevan a nivel educativo.

Las necesidades de implementar las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) en las aulas de los colegios, por una parte aporta numerosos beneficios, no solamente al introducirla en la enseñanza en modo de conocimiento digital, sino que también nos permite ser más autosuficiente, tener mayor accesibilidad a dicho conocimiento e información de forma más directa e instantánea a la hora de realizar investigaciones y estudios.

Pero, por otra parte, para sacar el máximo provecho de dichos beneficios, los alumnos deben de estar muy bien informados en el uso que se hagan de las mismas. Para que esto ocurra, todas las personas involucradas en la educación, deberían disponer de la formación en las habilidades y destrezas propias de las TIC, desde una perspectiva pedagógica, para mejorar el proceso de enseñanza y el progreso de los alumnos.

Con esta dinámica lo que generamos es una transfusión de la educación digital donde los alumnos conozcan, de primera mano, tanto el funcionamiento correcto como incorrecto de las herramientas digitales, dejando claro, así pues, que las TICs pueden suponer tanto una ventaja y un avance a la hora de investigar y estudiar, como también un instrumento con ciertas amenazas. Sin embargo, no podemos olvidarnos para siempre de la experiencia más “analógica” y nuestros hijos deberían poder conocer y experimentar el tacto con los libros de papel, saber desenvolverse con ellos, y dejar durante un buen rato los dispositivos electrónicos en modo avión. Porque como casi siempre, lo mejor para la educación y la formación de los alumnos está en saber conjugar ambos mundos, digital y analógico. III