Vuelo raso
viernes 01 de diciembre de 2023, 12:00h
Los aeropuertos actuales, deben estar preparados para el futuro crecimiento y el aumento de la demanda y reacondicionados, los diseñados hace décadas para conseguir que los viajes por avión no tengan riesgos para los viajeros; es lo que recomiendan la IATA y la OACI los dos organismos internacionales de Aviación civil.
En resumen, las mejoras tienen que ver con los ladrillos y el cemento, hasta para conseguir pavimentaciones ecológicas de las pistas y adecuaciones electrónicas y de seguridad. Sin embargo, en las propuestas de AENA para ampliar y reformar El Prat con cifras de 1700/1500 millones de euros, -las negativas-, continúan, aún con los pactos presupuestarios entre ERC-PSC ya convenidos y firmados.
Los 41 millones de pasajeros contabilizados en 2022 son ya 42,2 millones en solo diez meses del 2023, con un incremento del 20,3% respecto al mismo periodo del año pasado. Estos números hacen evidente que el tope de 55 millones de viajeros se puede alcanzar con unas instalaciones envejecidas y al límite de sus capacidades.
Tal vez el enrarecido clima político de los últimos años, más el covid y su parálisis social han influido. Se habla de una oposición ecológica con partidos de posturas tensas hacia el desarrollo económico, pero también de los municipios de El Prat, Gavà y Castelldefels, que con diferentes siglas al mando, coinciden en oponerse a la ampliación. Foment y diversos lobbies abogan por los 350 metros de prolongación de la 3ª Pista con pilotajes sobre la Ricarda como solución última. Ha habido campañas sobre una pista sobre el mar y de la potenciación de Reus y Girona como desvíos de los vuelos de bajo coste.
Ante toda la confusión generada y la falta de decisión ejecutiva, vale la pena afrontarlo con la ilusión de los ‘spotters’, los avistadores de aviones en los Miradores de El Prat (en la foto) o de los voluntarios del Museo Aeronáutico, ambos en El Prat. Entusiastas por supuesto de la ampliación para las grandes aeronaves. Jordi Sagartal ornitólogo, editor de “Lynx”y ex director de Fundació Territori i Paisatge y Aiguamolls Emporda, opina así : “Tocar un poco la Ricarda para ampliar el aeropuerto no significa destruirla” y “La defensa de la Ricarda me parece una mentira, es una especie de excusa para que ciertos planteamientos de ciertos partidos anti-desarrollo se lo hagan suyo”. Un sabio en su tema nos lo aclara.
También la amenaza de una ZEPA (reserva aviar) ha complicado la discusión y haría aún más difícil la seguridad aérea - plena de incidentes con aves-, y al Servicio de control de fauna (diez halconeros con 45 halcones con utensilios láser y armas) recomendado por Félix Rodríguez de la Fuente, para evitar colisiones e interferencias con los aviones. ¿Cuántos incidentes habrían en una zona de cría libre y protegida de aves?. Quedan los agricultores de la zona que como ha ocurrido en diversas ocasiones, aceptarían de ser necesarias, expropiaciones indemnizadas antes que convertirse en payeses del 1900 limitados en sus quehaceres y sin un euro de compensación.
La historia del aeropuerto, refleja su adaptabilidad espacial desde sus inicios en Can Tunis, Viladecans y El Prat en una zona malsana de humedales que desde 1900 se ha convertido en un paisaje transformado por el hombre, -renaturalizarlo-, es casi imposible por las edificaciones próximas y atraería más nubes de mosquitos, que podrían ser de nuevo palúdicas, malos olores y plagas como antaño (En 1964 se consideró a España libre de paludismo pero en la zona del Delta se mantienen tratamientos y alerta especial por el Aeropuerto).
Hay datos económicos y sociales favorables a la ampliación -los factores políticos- dilatan una decisión que a pocos les resulta negativa. Para ellos y para los partidarios de la ampliación: una frase que Saint-Exupery gran escritor y aviador, le hace decir a su alter ego, Jacques Bernis en “Correo Sur”: “Nada está tan amenazado como la esperanza”. En mi caso y en el de de los avistadores de aviones (‘spotters’) y de voluntarios del Centro Aeronáutico, empleados, hoteleros, comerciantes, industriales, viajeros y turistas, la ampliación tiene buenas razones y grandes esperanzas. El gran avión (el de la ampliación) no debe capotar. III