El impactante accidente de autobús en Esplugues, este lunes 11 de marzo, ha dejado 14 heridos (uno en estado crítico y otro con pronóstico grave) y varios enigmas por resolver. Un autobús interurbano de la línea L10 se ha precipitado en un agujero de las obras de un aparcamiento subterráneo del municipio.
La Policía Local de Esplugues ha abierto una investigación para indagar las causas detrás del accidente, a raíz de la hipótesis extendida de un “posible desvanecimiento del conductor”.
Según ha revelado Eduardo Migallón, el delegado sindical de la empresa que gestiona la línea L10, Rosanbus, el conductor había comunicado a la central que se encontraba indispuesto, apenas unos minutos antes de caer por el terraplén. Migallón ha asegurado que “desde la central le dimos indicaciones de que parara, pero perdimos la comunicación con el conductor”. Probablemente, pues, el conductor habría intentado parar el vehículo, justo antes de perder el conocimiento.
Imposible volver a contactar con el conductor
El centro de control seguía recibiendo la señal GPS, por lo que podía localizar el vehículo, pero resultó imposible volver a establecer contacto con el conductor. “No respondía a las llamadas de la central”, ha asegurado Migallón. No obstante, el delegado sindical ha explicado que “la empresa no está segura de qué pudo causar su desmayo”.
Según los testimonios de ciudadanos que estaban cerca cuando se ha producido el accidente, el conductor circulaba lentamente justo antes de precipitarse por el terraplén. Todo apunta, pues, a que estaba intentando frenar cuando perdió el conocimiento y, por ende, el control del autobús.