Controles de velocidad en la calle de la Fontsanta para reducir los accidentes de tráfico

Durante toda la semana, entre el lunes 11 de marzo y el domingo 17 de marzo, la Policía Local de Sant Joan Despí está llevando a cabo una campaña de controles de velocidad, en coordinación con el Servicio Catalán de Tráfico. Durante diferentes días de la semana, los agentes utilizarán un equipo de radar para realizar controles en la calle de la Fontsanta, en varios tramos horarios. El propósito de estos controles es concienciar a los conductores sobre la importancia de respetar los límites de velocidad. La calle de la Fontsanta, que es una vía urbana utilizada como una ruta de acceso y salida de la ciudad, tiene un límite de velocidad de 30 km/hora.

Durante los meses de abril, mayo, junio y julio, se llevarán a cabo controles de velocidad en otras vías de la ciudad donde se ha identificado la necesidad de aumentar la vigilancia para abordar el problema de la velocidad excesiva. Es importante tener en cuenta que exceder los límites de velocidad puede resultar en multas que oscilan entre 100 y 600 euros.

En Sant Joan Despí, según el último Informe de Accidentalidad Local, se registraron 83 accidentes de tráfico en 2023, resultando en 95 personas con heridas leves y 3 personas con heridas graves. El 86% de las víctimas ocurrieron en áreas urbanas. Los accidentes más comunes que causaron víctimas fueron las colisiones entre vehículos en movimiento.

Los peligros de una velocidad excesiva

El objetivo de la Policía Local con la campaña de controles de velocidad es reducir las víctimas de accidentes de tráfico y recordar a los conductores y conductoras la importancia de circular a una velocidad adecuada y respetando siempre los límites legales. Circular a una velocidad excesiva o inadecuada para la carretera utilizada incrementa el riesgo de accidentes, y no suele respetar la distancia de seguridad entre vehículos (imprescindible para poder frenar en caso de emergencia sin riesgo de accidente). Además, en entornos urbanos, la velocidad excesiva puede tener graves repercusiones, especialmente para los peatones y ciclistas que son los grupos más vulnerables.