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Apuesta por ti mismo

Método alemán para salir de la crisis

Por Joan Carles Valero
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
“De esta crisis saldremos más alemanes o no podremos salir”. Esta afirmación, sostenida después de la crisis del pepino, colofón de una serie de diatribas teutonas sobre supuestos excesos de vacaciones y poca productividad española, es de Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Abona la misma tesis el presidente de la Generalitat, Artur Mas, para quien los catalanes debemos ser “alumnos aventajados de Alemania”. Otra afirmación de marcada admiración germánica que Mas pronunció hace unos días en la Torre de los Leones de Esplugues durante la clausura de los III Premios Hispanoalemanes que Francisco Belil, máximo responsable de Siemens en doce países del sur de Europa, más España, recibió en la categoría a la Excelencia.
Aunque nos cueste aceptarlo, no nos queda otra alternativa que seguir las instrucciones de Angela Merkel, sobre todo cuando los alemanes anticiparon los recortes mucho antes de producirse la crisis por razones de la unificación. Ahora, aplicar ajustes en el gasto público, eliminar burocracia en las administraciones, una formación más orientada a las necesidades productivas de las empresas, sobre todo en materia de formación profesional, y un mayor apoyo a los emprendedores son enseñanzas alemanas que debemos aplicar desde su rigor y productividad. Pero también debemos emularles en aplicar el concepto de flexiseguridad que parte de la cultura de la cogestión que ha hecho de las empresas alemanas las más punteras del mundo, gracias a que los directivos han sabido hacer sentir a los trabajadores corresponsables en el futuro de las compañías.

Otro de los debates clave para seguir el modelo alemán es cómo aumentar la productividad. No creo que para lograrlo haya que trabajar más tiempo, sino mejor y a base de ilusión e intensidad. La cultura del “presentismo” es nefasta para las organizaciones, porque tener vida propia no es un lujo, sino algo esencial para el éxito de la empresa. No en vano, las compañías de más éxito del mundo son las que tratan a su gente con más mimo.

El papel de los jóvenes también es fundamental. Ha quedado reflejado en el Foro Impulsa que preside el Príncipe de Asturias y de Girona a partir de “jóvenes formados, con ideas, con el coraje y con el compromiso para afrontar con esperanza e ilusión los retos de nuestro porvenir”, según se puso de manifiesto en las conclusiones del segundo Fórum auspiciado por el heredero de la Corona. Una generación que ante el conformismo y la desesperanza abraza el futuro impulsada por los verbos motores de ilusionar, educar, emprender y transformar.

Un impulso que ha demostrado Cristina Martín López, que este curso ha finalizado segundo de bachillerato en el Centre d’Estudis Joan XXIII de L’Hospitalet de Llobregat, y que ha sido proclamada ganadora del I Premio de Periodismo Solidario organizado por el diario ABC, la Fundación Bertelsmann y la Universitat Abat Oliba-CEU, con el patrocinio de Caixa Laietana, consistente en una beca completa para cursar los estudios de Periodismo en la Universitat Abat Oliba de Barcelona, valorada en 36.000 euros. Su reportaje, Niños de seda y de cristal, narra con calidad expresiva y emotiva la historia de Isabel Albors Asins, una profesora de ballet de L’Hospitalet que acoge a niños con necesidades de estimulación y tratamiento fisioterapéutico de modo gratuito, utilizando las clases de ballet como un canal de solidaridad.

La riqueza de las naciones no se basa exclusivamente en los recursos naturales, ni en su capacidad industrial. El talento es la verdadera piedra filosofal en un mundo tecnológicamente plano, donde la ilusión es el arma transformadora para hacer realidad los sueños. Ilusión y ganas de trabajar, porque hasta ahora hemos perpetrado entre nuestros jóvenes la injusticia de insistir exclusivamente en la necesaria formación pero sin acompañarla de hábitos y actitudes basados en el esfuerzo, la creatividad, la excelencia y la búsqueda de las oportunidades que los vacunen ante la adversidad, incluido el fracaso. Los jóvenes que representa la hospitalense Cristina Martín son los “si, si”, antagónicos de los “ni, ni” y también representantes de una generación que para nada se siente perdida, por más difícil que se lo pongamos los mayores.

Una encuesta realizada por Esade para el Fórum Impulsa revela que el 80% de los jóvenes cree que no tienen el mando de sus vidas y que, hagan lo que hagan, su futuro está determinado por otras personas o por la suerte. Esta circunstancia marca la persistencia de los condicionantes sociales, económicos y culturales que lastran el espíritu emprendedor en nuestro país. Los empresarios todavía son vistos en amplios sectores de la sociedad como señores con chistera que fuman gruesos puros y que no tienen otra finalidad que exprimir a sus semejantes para mantener sus privilegios. Una de las consecuencias de ese cartel ha sido que buena parte de los jóvenes aspiren a convertirse en funcionarios o empleados de La Caixa.

El objetivo de alcanzar la seguridad ha aumentado la aversión al fracaso, rechazo que los españoles abrazan por encima de la media de los países pujantes, hasta el punto de que sólo un 12% declara estar dispuesto a asumir riesgos, frente al 39% de los estadounidenses. La imagen del inquieto es estigmatizada desde la escuela, de forma que el emprendedor sigue sin valoración social.

Como la Administración tiene tanta necesidad de combatir el paro, todos sus ámbitos, desde los ayuntamientos al Gobierno central, se han lanzado a la frenética carrera, como pollo sin cabeza, de impulsar que todo el mundo monte su propia empresa. No hay responsable público ni privado que exorcice el paro con el espíritu de la emprendeduría. Cuando el ciclo económico va al alza, los emprendedores son siempre vocacionales. La crisis ha cambiado el paradigma y ahora son legión quienes plantean reinventarse como autónomo. A la fuerza ahorcan.

Efectivamente, el emprendedor por necesidad ha sustituido al vocacional, como señala Alejandro Suárez, autor de “Ha llegado la hora de montar tu empresa” (Deusto). Emprendedor hasta la médula, Suárez denuncia que después de permitir la desaparición de más de 350.000 empresas y otros tantos autónomos en nuestro país, ahora el Gobierno Zapatero, y también el Govern de Artur Mas, pide a los empresarios que tiren del carro de la economía, cuando las grandes empresas son como el dinero: cobardes. “Al aumentar el riesgo de España actúan a la defensiva y se van fuera con sus inversiones”, dice el experto. Además de valores, lo que hace falta es más valor. ||
Cristina Martín (de rojo en la foto) es la ganadora del I Premio de Periodismo Solidario.
Cristina Martín (de rojo en la foto) es la ganadora del I Premio de Periodismo Solidario.
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