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La Declaración de Renta

Por Mossèn Xavier Sobrevía
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
Mucha gente no sabe que, en la Declaración de la Renta, se pueden marcar a la vez dos casillas. Una destina el 0,7% de este impuesto a la Iglesia católica y la otra destina otro 0,7% para otros fines de interés social.
Hace bastantes años sólo se podía marcar una de las dos y, aún mucha gente piensa que eso sigue así. Es un grave error. Las cantidades se suman y nunca se paga más por poner la cruz.

Mucha gente agradecerá esos gestos, pues son muchos los que se benefician de la inmensa labor espiritual y social que hace la Iglesia Católica. Fue Tertuliano (160-220) quien dijo “soy humano, luego nada de lo humano me es ajeno”. Con el discurrir del tiempo, esta frase se aplicó a la Iglesia con la formulación “nada humano le es ajeno a la Iglesia”.

En medio de la crisis económica pocas instituciones como la Iglesia católica se vuelcan en ayudar. El lema de la campaña de este año recoge esa idea “La Iglesia con todos, por una sociedad mejor”. Resalta la cercanía a cualquiera. En el año 2010 hubo en España, aproximadamente, 350.000 bautizos, 280.000 primeras comuniones, 75.000 matrimonios, 310.000 exequias, más de 5 millones de celebraciones de la eucaristía, que supone que asistieron a la Misa cada fin de semana más de 10 millones de personas.

La Iglesia, contando sólo a Cáritas, ha invertido en los necesitados más de 250 millones de euros. Pero además, Cáritas ha pasado de cubrir las necesidades básicas de 370.251 personas en 2007 a 1.015.276 en 2011. Todo ello gestionado por profesionales y por 64.200 voluntarios. Además, mediante los colegios católicos, la Iglesia ahorra al Estado 4.396 millones de euros al año.

En los últimos años, economistas, políticos, analistas y expertos, con mayor o menor fortuna, han explicado las causas de la crisis y sus posibles remedios. También la Iglesia lo hace, pero no desde planteamientos teóricos o interesados, sino reflexionando sobre el fondo. En definitiva, sobre la pérdida de los valores fundamentales, el culto idolátrico al dinero, el enriquecimiento fácil y sin escrúpulos, la avaricia, la avidez, el egoísmo, la insolidaridad, el materialismo y el vivir como si Dios no existiera. Ahora la Iglesia pide el pequeño gesto de marcar la “X” en la Declaración y así hacer el bien a todos y con todos, por una sociedad mejor.||


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