El otro recuperándose de su carrera, le escuchaba. De repente, cuando él del batín se retiraba, se giró y nos preguntó a gritos:
-¿Saben cuántos guardias son los que deben protegernos?. Nadie contesto. Él nos informó:
-Entre mossos y urbanos, casi 300 no incluyó claro ni los guardias rurales, ni el CNP, ni los civiles del Seprona, ni los “seguratas”,ni por supuesto los 30 militares del cuartel, y ya ven como estamos…
Una moto sin rueda, parecía darle la razón, junto a paredes con pintadas chillonas, que herían la vista; en el suelo: meadas, vidrios, vomitonas y cacas de perro. Un cuadro, “post-rave” que se completaba según horas con trapicheos de “hash” y difusión de billetes falsos.
Si España doblaba a USA en -el ratio de policías- por cada 1000 habitantes. ¿Qué pasaba para que el ciudadano medio debiera fortificarse con blindajes y alarmas en su casa? No digamos los comerciantes y su costosa seguridad privada. ¿por qué?
¿Faltaba entre nuestros guardias una conducción hábil y motivadora?. Una eficaz tarea de prevención y vigilancia, tal vez. Aún así, una recordaba la Historia y si 300 espartanos -impidieron la invasión persa-, lo hicieron sí con sacrificio y entrega, ¡qué no podrían lograr también nuestros policías! Qué se lo pregunten a Manuel Valls Galfetti (un emigrante), alcalde de Évry, municipio suburbial, en donde los follones y delitos, disminuyeron espectacularmente, ello le condujo al ministerio del Interior y después a ser Primer ministro francés? Así de fácil. Que tomen nota en la Junta de Seguridad.